XVI Clae: el estudiantado de América Latina necesita un plan de lucha en todos los países

Presidente de la Fuba

Entre el 10 y el 15 de agosto tendrá lugar en Montevideo el XVI Congreso Latinoamericano y caribeño de Estudiantes (Clae). Está organizado por la Oclae, que agrupa a las federaciones universitarias nacionales de América Latina y el Caribe. Dirigida en el pasado por los partidos comunistas, ha sufrido un largo proceso de hibernación bajo la batuta del chavismo y del lulismo. La cita, ahora, se produce en el marco de la bancarrota mundial y de las rebeliones del movimiento estudiantil en América Latina.

El momento en el cual tendrá lugar este encuentro no podría ser más propicio, porque la cuestión educativa y juvenil tiene un rol cada vez más preponderante en levantamientos populares; es lo que ocurre en Chile, con la extraordinaria rebelión estudiantil. El año pasado, algo similar ocurrió en Puerto Rico; o en Argentina, donde los secundarios, terciarios y universitarios pusimos en el banquillo de los acusados a los K y los Macri, responsables de un derrumbe sin precedentes.

La Oclae es consciente de esta situación, pero el problema es que está manejada por federaciones nacionales integradas al Estado o subordinadas a los gobiernos, en toda la gama que va del chavismo al kirchnerismo, con estación intermedia en el lulismo y la derecha del FA de Uruguay. El kirchnerismo interviene en el Clae a través de la CTA Yasky, que participará en diversos paneles junto a la plana mayor de la Ctera (y hasta D’Elía). Nuestra caracterización es que esta convocatoria apunta a cabalgar la rebelión estudiantil y de la juventud, para contenerla dentro de los marcos capitalistas y de los regímenes políticos existentes. Hay que recordar los excelentes lazos de los K con Piñera y de Chávez con el colombiano Santos, o de los Lula con la gran industria brasileña y el FMI.

Estos gobiernos temen como a la peste que se desaten las energías de la juventud, mucho más si se vincula con la clase obrera, porque se encuentran enfrentando, además, un nuevo pico dramático de la crisis mundial. La Oclae se prodigará en discursos de apoyo a los estudiantes chilenos (también debería hacerlo con los de Honduras y los de Puerto Rico), pero lo que se necesita es un plan de lucha en cada país -en lugar del panegírico a los gobiernos nacionalistas.

De hecho, hay en marcha un planteo de la Unesco, que patrocina este Clae, para conformar un organismo americano de acreditación de carreras -o sea una Coneau continental, que cambia al ejecutor del limitacionismo, pero no para propiciar la educación pública y gratuita, sino para legitimar el sistema actual.

La UJS, que ocupa la presidencia de la Fuba, concurrirá a Montevideo con una delegación.

Nuestro planteo es que el Clae debería discutir un plan de acción de la juventud latinoamericana, para enfrentar la ofensiva sobre la educación pública y las condiciones de vida de las masas. Con el condicionamiento ineludible de la crisis mundial, el movimiento de la juventud tiene el desafío de protagonizar aún más batallas, por sus conquistas históricas, contra la opresión imperialista y, codo a codo, con la clase obrera. La base inicial para emprender sin ataduras ese recorrido es la total independencia del movimiento estudiantil respecto del Estado capitalista, sus gobiernos y partidos.