“¿Y qué va’cer m’hijo?…, la huelga general”

La huelga de la construcción del Uruguay, que ya ha cumplido 70 días, está produciendo una verdadera “revolución” en todo el movimiento obrero uruguayo. Porque su reclamo fundamental —“50% de aumento salarial ya y un mínimo de $3.000 (el costo de la canasta familiar), (el salario medio es de 1.000 pesos)” se ha extendido a otros sectores del movimiento obrero que han salido a la lucha en estos días, como los gráficos. Porque sus métodos -la huelga por tiempo indeterminado, los piquetes, los “fogones”, la acción directa- han desnudado la completa truchada de los “planes de lucha” desgastantes y domingueros de la burocracia frenteamplista. Y, finalmente, porque está destacando un activismo nuevo que interviene abiertamente en la lucha.


Este activismo del Sunca -y también de otros gremios- está realizando un esfuerzo verdaderamente descomunal por llevar la huelga a la victoria.


Un ejemplo significativo es la “caravana” realizada de Montevideo a Punta del Este. En Punta del Este se produjeron los esfuerzos más serios de las patronales y el gobierno para quebrar la huelga, primero mediante la contratación de rompehuelgas y obreros extranjeros, luego mediante las presiones policiales y municipales y, finalmente, por el hambre. La “caravana” de más de treinta micros, con cientos de activistas, llegó a Punta del Este, recorrió la ciudad en una marcha muy combativa, se detuvo frente a las obras principales logrando el  retorno a la huelga de los que estaban trabajando.


Pero el ejemplo más espectacular de la voluntad de victoria del activismo de la construcción es la lucha a brazo partido que sostuvieron contra la burocracia para imponerle el paro general de 36 horas que se realizó la semana pasada. El paro de 36 horas no salió de la dirección frenteamplista del Sunca ni, mucho menos, de la burocracia del Pit-Cnt. “La propuesta de parar 36 horas y otras medidas de lucha habían sido impuestas a la dirección electa del gremio de la construcción, por mínimo margen, en el actual Comité de Huelga, donde son mayoría los representantes de los fogones en las obras ocupadas” (Brecha, 6/8). (A lo largo de varios artículos sobre la huelga del Sunca, el frenteamplista Brecha se refiere a la dirección del Sunca como la “dirección electa”, para oponer su legalidad y su legitimidad frente a los representantes de los fogones … ¡como si no hubiera mayor legalidad y legitimidad en un sindicato en huelga que el voto de los que día a día la vienen sosteniendo!).


En la dirección del Pit-Cnt, la votación sobre la huelga de 36 horas fue 19 a favor, 16 en contra y 5 abstenciones… pero todos coincidían que no podía llevarse adelante sin una mayoría absoluta.


Pero la burocracia no contaba con el activismo del Sunca: “los delegados de los ‘fogones’ le presentaron al resto de los delegados de la Mesa representativa del Pit-Cnt una plataforma en la cual se exige… el paro general de 36 horas y un plan de lucha que no descarte ninguna medida, incluida la huelga general” (La República, 4/8). Los miembros de los “fogones”, sus delegados y activistas de otros gremios permanecieron en la reunión, abucheando a cada uno de los burócratas que se oponían al paro y obligando a una segunda votación. En medio de este “clima”, el paro fue votado por 24 a 10…


Bajo la enorme presión de las bases, la burocracia ha comenzado a pedirle desesperadamente una “salvación“al gobierno y a las patronales. Después del paro de 36 horas, el gobierno afirmó que podía homologar una recuperación salarial del 5%… Pero el secretario general del Sunca ya ha declarado a la prensa que “una recuperación del 6% podría ser un número para empezar a conversar” (La República, 7/8). El “gran problema” que enfrenta la burocracia del Sunca es que en las actuales condiciones, si convocara a una asamblea general para hacer aprobar semejante miseria, la perdería. Además, circulan rumores —aunque desmentidos por la burocracia y los patrones en la prensa— de que la negociación quedaría en manos de la dirección del Pit-Cnt, para “aliviar la presión” de las bases sobre la dirección del Sunca. Ya en el pasado, este método de meter a la dirección del Pit-Cnt fue usado para quebrar luchas (como la de transportes Onda).


La burocracia frenteamplista, el gobierno y las patronales quieren “cerrar” rápidamente la huelga del Sunca porque temen a la “radicalización” -es decir a la movilización y a la acción de masas- de los trabajadores, no sólo del Sunca sino de todo el país, que cumplieron masivamente el paro de nacional 36 horas, la semana pasada.


“Un dirigente (del Pit-Cnt) llegó a preguntarse en la noche del martes: ‘Y si el conflicto del Sunca no se arregla, después de este paro, ¿qué hacemos?’’. El breve y reflexivo silencio fue roto por un obrero del Sunca que le susurró a otro: ‘¿Y qué va’cer m’hijo?…, la huelga general’’”.