Zimbawe: Diez años de “democracia multirracial”

El traspaso negociado de un régi­men racista blanco a otro de mayoría negra ya registra una experiencia histórica en el continente africano: en 1980, el gobierno de la antigua Rho­desia británica —llamada así en ho­nor de sir Cecil Rhodes, el prototipo de los colonialistas ingleses— fue transferido a la mayoría negra y no sólo cambió la bandera sino incluso el nombre del país, Zimbabwe; en Rhodesia residía —y reside— la mayor comunidad blanca africana, exceptuada la de la propia Sudáfrica.


Le Monde (3/5), traza un balance de tos diez años de gobierno negro: “Los blancos sudafricanos in­quietos por el porvenir ahora que llega al fin su supremacía—dice Le Monde— pueden encontrar algún consuelo en el ejemplo de Zimba­bwe. Allí, el advenimiento de la mayoría negra no ha impedido a la comunidad blanca preservar casi intactos todos sus privilegios… mu­chos viejos Rhodesianos se ríen hoy de sus temores pasados y de su páni­co en el momento de la independen­cia”.


Cuando se declaró la independen­cia, 180.000 blancos huyeron hacia Sudáfrica, buscando en Pretoria un re­fugio contra “el anticristo”. Pero “los blancos —el 1% de la pobla­ción— que permanecieron en Zimba­bwe después de la independencia continúan dominando los principa­les sectores económicos, tabaco, minas, bancos, agricultura y viven en mansiones espaciosas con piscinas y canchas de tenis, rodeados de em­pleados domésticos… En sus clubes privados, en el seno de sus equipos de cricket o de polo, los blancos con­tinúan rodeándose entre sí… gozan­do de una vida paradisíaca”.


“Víctor de Weaal, un eclesiástico inglés, especialista en Zimbabwe, destaca que, quizás, la política de reconciliación ‘ha marchado de­masiado bien, en el sentido de que ha dejado mucho en pie de la anti­gua Rhodesia


Un investigador de ciencias políti­cas de Zimbabwe va más lejos al afirmar que “hoy existe una situa­ción en la cual el antiguo colono blanco goza de garantías políticas y económicas que provocarían la envidia de los antiguos colonos”. El juicio es definitivo.


Estas “garantías políticas y económicas” que el gobierno negro de Zimbabwe dio a “sus” racistas son las mismas que Mandela se apresta a dar al gran capital afrikaner: “El presidente (de Zimbabwe) Mugabe ha llevado adelante una política de reconciliación… Como lo hace hoy Mandela en África del Sur, le pidió a los blancos que contribuyan a la construcción de una nación nueva y multirracial”.