Juventud

6/7/2017

Ataques sexuales a estudiantes de la Universidad de San Martín: las autoridades se lavan las manos


Los reiterados ataques sexuales a estudiantes de la Universidad de San Martín (UNSAM) despertaron un proceso de asamblea y movilización.


 


Los hechos ocurrieron, por un lado, en el pasillo que bordea las vías y comunica al Tornavías con la estación de San Martín, y por el otro, en la zona del Aulario, dentro del predio de la UNSAM, camino por el cual las estudiantes nos vemos obligadas a caminar sin prácticamente ningún tipo de iluminación.


 


Estos casos no son aislados si no que por el contrario, son parte de la violencia que vivimos día a día las mujeres: en nuestro país muere una mujer cada 18 hs por violencia de género y ya fuimos testigos de decenas de casos de desapariciones en lo que va del 2017.


 


Particularmente en San Martín –municipio gobernado por el ex FPV y ex FR, hoy randazzista, Gabriel Katopodis–, venimos del caso de Araceli, a quien la Policía no sólo no buscó sino que desvió deliberadamente la investigación con el fin de proteger a los responsables directos, expresándose claramente el entrelazamiento de las fuerzas represivas con el crimen organizado. Nuestro distrito es prácticamente una zona liberada para los femicidas: el año pasado concentró el 8,9% de los femicidios de la provincia y es el segundo municipio con más procesos penales iniciados por violencia familiar o de género, recibiendo más de 160 llamados diarios. Sin embargo, a pesar de esto, es uno de los pocos distritos que carece de una fiscalía especializada en esta cuestión.


 


Las autoridades de la Universidad de San Martín se lavan las manos de toda responsabilidad, a pesar de haber tenido en su seno a un docente denunciado por violencia de género y de haber escondido varios casos, actuando recién frente a la presión estudiantil. En este sentido, en 2016 se vieron obligados a conformar una mesa de prevención y seguridad que, sin embargo, no ha sido suficiente: los recursos de la UNSAM, siendo una de las universidades nacionales con mayor presupuesto, no fueron destinados a garantizar la seguridad de la comunidad educativa. La falta de iluminación de la Universidad es uno de los factores que hace que las estudiantes sigamos siendo presas fáciles de todo tipo de flagelo cuando salimos a la calle. La policía, quien se dedicó a pedir documentos a los estudiantes en el último cuatrimestre, parece no estar presente cuando se dan casos de violencia hacia la mujer, o elige no estarlo. Además, las autoridades comunicaron oficialmente sólo uno de los casos, y a más de una semana de haber sucedido, recién después de que los estudiantes nos enteráramos por las redes sociales.


 


Sin embargo, esto no se trata de un problema individual que se resuelva con tener más cuidado (que ya lo tenemos) como plantean las agrupaciones estudiantiles ligadas a las autoridades. Las mujeres somos víctimas de este flagelo a plena luz del día y con la complicidad de las fuerzas represivas. Plantear que caminemos en grupos o por calles más iluminadas es sólo otra forma de responsabilizar a la víctima de por no haberse cuidado lo suficiente, cuando en realidad es el mismo Estado capitalista el que toma a la mujer como un objeto prácticamente descartable. Es este el régimen social al que responde la impunidad existente en los casos de abusos, femicidios o distintos tipos de violencia hacia la mujer. Las fuerzas represivas y todas las instituciones del Estado garantizan y se benefician de esta impunidad, y del negocio millonario de la trata de personas y la explotación sexual. La única salida que tenemos las mujeres es superar la barrera de lo individual y con la organización independiente del Estado que garantiza y encubre la violencia hacia nosotras.


 


Ante esta situación, desde La Caldera Unsam (UJS – Partido Obrero + independientes) y el Plenario de Trabajadoras exigimos:


 


–          La construcción de un Consejo Integral de la Mujer independiente, elegido por el voto de la comunidad educativa, que tenga los recursos necesarios para poder asesorar e intervenir ante la violencia de género y, sobretodo, para discutir las medidas a tomar ante esta problemática


 


–          La inmediata iluminación de todo el predio de la Universidad y calles aledañas


 


–          Que el municipio se haga cargo del pasaje que va desde la UNSAM a la estación de San Martín


 


–          Que el colectivo universitario y el tren salgan con mayor frecuencia, garantizando que todos los estudiantes tengamos acceso a ellos


 


–          Basta de zonas liberadas. Repudiamos la complicidad del Estado y sus fuerzas represivas con los femicidas y las redes de trata.