Juventud

4/6/2015|1366

CONGRESO DE LA FUBA: Mayoría de la izquierda, sabotaje del régimen


Las agrupaciones del Rectorado y  Unidos y Organizados sabotearon el Congreso para evitar su derrota. La UCR, el PRO y el PS intentaron incluso comprar delegados. La Fuba y la AGD son la única oposición a la corrupción y la asfixia presupuestaria.


 


 


El Congreso de la Fuba, que debía reunirse el 29 de mayo, no pudo sesionar por falta de quórum. Sin embargo, su convocatoria fue un factor de clarificación política y recuento de fuerzas. Las agrupaciones ligadas al Rectorado y las de Unidos y Organizados sabotearon el Congreso ante la evidencia de que serían derrotadas. Para clarificar, fue muy importante el método de acreditación que había resuelto la Junta Representativa, incluso con el voto de los centros dirigidos por la derecha: con DNI en mano, 56 delegados que fueron parte de las boletas en las elecciones pasadas de centro se hicieron presentes manifestando su voluntad de votar a la izquierda contra la lista de las camarillas; faltaron diez para alcanzar el quórum. Este 45% del congreso fue insuperable para Nuevo Espacio (Franja Morada), que había montado una campaña mentirosa proclamándose mayoría; a la hora de exhibir públicamente las fuerzas y delegados que la constituirían, huyó a su casa. El amontonamiento de fuerzas que intentaron conformar la UCR, el PRO y el PS para desplazar a la izquierda requería un accionar en las sombras, incluyendo la lisa y llana compra de delegados.


 


 


 


Crisis de la UBA y contenido de la pelea política 


 


La Fuba, junto a la Asociación Gremial Docente, es la oposición estratégica y sistemática a la acción ajustadora del Rectorado. Frente a los carpetazos que evidenciaron una UBA copada por los servicios de inteligencia y la corrupción, la Federación impulsó el apartamiento de los funcionarios involucrados y la formación de una comisión investigadora independiente. Mostramos, además, que no se trata de “dos o tres inadaptados”; la corrupción es consecuencia de la asfixia presupuestaria y la penetración capitalista en la universidad, que adopta la forma de generación de “recursos propios” multimillonarios sin control. Sobre esta base se armó un método de gobierno, que tiene como eje las coimas y negociados que recorren de arriba abajo a toda la camarilla universitaria. En la previa al Congreso la Fuba realizó manifestaciones, cortes de calle en las facultades y una campaña de propaganda masiva para denunciar esta situación. Del mismo modo que volteamos a Richarte, el socio de Stiuso que se había hecho del vicerrectorado de la universidad más importante del país; ahora le propinamos nuevos golpes a un régimen universitario que volvió a quedar en el banquillo de los acusados.


 


Todo esto es intolerable para la camarilla del Rectorado, que no ahorró recursos para desplazar a la izquierda. Mientras nosotros incrementamos nuestra campaña de movilización el Rectorado presentó un proyecto de intervención de la Fuba en el Consejo Superior. Por todo esto, el retiro impotente del bloque UCR-PRO-PS del Congreso constituye una victoria indudable.


 


 


 


El papel de los “nacionales y populares”


 


Luego de una década de cogestionar la UBA con las camarillas derechistas, importantes sectores del gobierno impulsaron una fractura. Las agrupaciones pretendidamente izquierdistas del kirchnerismo vieron una oportunidad y montaron una campaña denunciando la corrupción en la UBA y a la derecha como responsable. Caracterizaron su posible victoria en la Fuba como un “grave retroceso” y, audaces, plantearon al Partido Obrero “un frente único contra la derecha”. Recogimos el guante con un planteo claro, pues el bloque de la izquierda en el Congreso es mayoritario -casi cuatro veces más delegados que los K-, por lo que debían apoyarnos. La acción contra la derecha podía realizarse con una votación común por una lista de los delegados de ellos y nuestros, de modo de sustanciar una conducción de la izquierda y una distribución de secretarías acorde a la representación. Este acuerdo “técnico” era viable y políticamente implacable: delegados ya electos por listas diferenciadas y opuestas, superaban indeclinablemente a la derecha en el Congreso y consagraban una dirección de la izquierda -la mayoría- y un funcionamiento proporcional de la Junta Ejecutiva, en la cual cada bloque defendería sus posiciones. La Cámpora y compañía, sin embargo, arrugaron rápidamente. Sus viejos y nuevos compromisos con la derecha son incompatibles con una Fuba de lucha, que ha sido durante toda la experiencia kirchnerista una opositora sistemática en todos los planos. Para mostrar que la orden venía de arriba el propio ‘Cuervo’ Larroque se hizo presente para retirar sus delegados del Congreso y sumarse de este modo al boicot de la UCR-PRO-PS.


 


Finalmente, las contradicciones de los jóvenes K son insostenibles: esa misma semana, Wado de Pedro recibió sonriente al fascista “retornado” Othacehé. Antes, Scioli se fotografió con Barbieri, el rector al que acusan por corrupción. El electorado kirchnerista debe sacar conclusiones al respecto.


 


 


 


Avancemos


 


El Congreso no sólo arroja conclusiones políticas, sino también un plan de acción. En paralelo a la acreditación de delegados funcionó una asamblea interfacultades, que tuvo entre sus principales resoluciones la organización de una participación masiva el 3 de junio, la confluencia con los trabajadores durante el paro y el apoyo a todas las luchas, y la continuidad de la pelea contra el ajuste y la corrupción de las camarillas. La UJS, copresidencia de la Fuba, se pone al frente de estas tareas con toda la energía. Además preparamos, luchando en cada facultad, las elecciones de septiembre, que serán un nuevo capítulo de la confrontación con las camarillas.


 


 


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Nuevas provocaciones del ‘unitario’ PTS


 


El PTS esperó el cierre del Congreso de la Fuba para lanzar una campaña de infamias contra la UJS y el Partido Obrero. En esto consiste su política ‘unitaria’. En una nota de La Izquierda Diario, nos acusan de haber querido armar un frente con el kirchnerismo en la Fuba, que habría fracasado por una diferencia de cargos. La diferencia por cargos no era otra que dejábamos a los K en rol de opositores a la izquierda dentro de la FUBA, cuando ellos querían integrar la dirección. Pavada de diferencia por cargos. Para demostrar el delito nunca consumado, aportan “pruebas” completamente adulteradas en calidad de intenciones. 


 


¿Qué es lo que ocurrió en el Congreso? Frente a la fuerte polarización existente entre el Rectorado radical-macrista y la conducción de izquierda, la UJS desarrolló una intensa campaña política llamando a los K y a todas las agrupaciones intermedias a pronunciarse y apoyar la continuidad de la Fuba. La respuesta de Unidos y Organizados fue una declaración para conformar un “frente único”. (Hay que reconocer que en esto fueron más consecuentes que el PTS, que se mantuvo en mute durante toda la campaña, en un inmovilismo funcional a la derecha, y sólo abrió la boca muy al final, cuando creyó encontrar un ángulo para atacaral PO).


 


La UJS rechazó de plano la posibilidad de un “frente único” con los K; el frente único supone la unidad en la acción, algo inviable con los agentes políticos del gobierno capitalista en la UBA. El mote de ‘frente único’ era simplemente una extorsión para ocupar la presidencia de la FUBA. Para derrotar a la derecha en el Congreso (en el caso de que la derecha se hiciera presente, y solamente en este caso),hicimos a los K una propuesta técnica: asegurar el quórum del Congreso, contra el boicot de radicales y macristas. A partir de esto, cada fuerza estaría representada en la directiva de la FUBA en forma proporcional a sus delegados, como lo establece el estatuto. Para evitar una mayoría de la derecha, el bloque del quórum formaría una lista común adecuada a la representación estatutaria proporcional. 


 


El kirchnerismo rechazó nuestra propuesta ‘capituladora’: ¿por qué será? Precisamente porque combinaba la derrota de la derecha, por un lado, y la independencia política de la FUBA, por el otro. El rechazo de los K dejó en evidencia la firmeza de principios de nuestra política y permitió desnudar los lazos y compromisos del kirchnerismo con el rectorado radical-macrista-pejotista. 


Para alimentar su relato anti-FUBA tira que el PO dirigió la FUBA “con los sojeros”, en relación a los partidos de izquierda que participaron de las movilizaciones de la Mesa de Enlace. ¿Pero acaso el PTS no integra el Frente de Izquierda con Izquierda Socialista, que también participó de esas movilizaciones? ¿El PTS no participa en las listas en los Sutebas, con el PCR y el MST? No hay que confundir la crítica implacable hacia la izquierda que apoyó la movilización sojera con una condena definitiva que cierre siempre y en todos lados las ventajas de una acción común. El PTS también apoyó en aquella ocasión a “los pequeños productores” – el santo y seña del alineamiento con el capital sojero. La arbitrariedad faccional del PTS no se detiene ni ante lo grotesco


El PTS ha convertido su política de automargición, dentro de la FUBA en una especie de “mito fundante” de su corriente;  ¡no hace frente ni con el Frente de Izquierda! Todo es ‘campo de disputa’, siempre por la disputa misma. Por eso mantiene, luego de 14 años de lucha y protagonismo de la izquierda en el movimiento estudiantil, los mismos tres delegados que representan al 2% del Congreso de la FUBA.  Por supuesto, no se ha escuchado a estos tres delegados hacer ninguna propuesta alternativa para derrotar a la derecha y defender la autonomía de la Federación. La tardía campaña de infamias sólo busca disimular la falta de iniciativa que caracteriza a una orientación capituladora.


 


Julián Asiner