Juventud

29/6/2006|951

Congreso de la Unión de Juventudes por el Socialismo: Socialista y de masas


El 17 y 18 de junio sesionó en Ciudad Universitaria el Congreso Nacional de la Unión de Juventudes por el Socialismo, con la presencia de mil jóvenes de todo el país. Más de 400 participaron en carácter de delegados, representando a más de 2.000 compañeros organizados en los plenarios o agrupaciones de la UJS.


 


A pesar de las enormes dificultades materiales, se hicieron presentes compañeros de dieciocho provincias y de varias ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires. Estuvieron representadas regionales con grandes desarrollos, como Tucumán, Córdoba o la Capital, y provincias donde el trabajo de la UJS es más reciente, como Jujuy, Formosa, Misiones o Mendoza.


 


El Congreso representó, desde todo punto de vista, un salto en el desarrollo nacional de la UJS. Reflejó en forma contundente su participación en todas las luchas de importancia que la juventud ha llevado adelante en la última etapa, ya sea en el movimiento universitario, secundario, barrial e incluso en los principales centros de concentración de la juventud trabajadora. Como recordó Néstor Pitrola en su discurso, “el nombre de Unión de Juventudes por el Socialismo representa la unión de las juventudes universitarias, secundarias, de la juventud obrera, barrial, de las juventudes explotadas, de la juventud campesina, de todas las juventudes que luchan en el país”.


 


Francia, Chile, Grecia


 


El Congreso de la UJS sesionó en un cuadro internacional caracterizado por la irrupción de grandes luchas juveniles. En Francia, primero se levantó la juventud barrial, lo cual puso de relieve la superexplotación, miseria y represión existente en las periferias de París. Luego, salieron los estudiantes para rechazar un proyecto de “primer empleo” —una vuelta de tuerca a la precarización laboral y a la abolición del derecho de trabajo. Ahora salen los estudiantes griegos, que tienen ocupadas 420 facultades sobre 450, contra la privatización y mercantilización de la educación (descalificación de títulos, pasantías truchas, contratos basura, salarios de miseria). Esto ocurre en el centro de la Europa imperialista.


 


¡Y Chile! Cuando todos los alcahuetes repetían que ese país era el “modelo” para América Latina, apareció la juventud para ponerlos en vereda. Los estudiantes chilenos exigieron el desmantelamiento de la reforma educativa de Pinochet bajo la dirección de un comité con una representación estudiantil del 50 por ciento, o sea, el poder de veto frente al Estado. Los adolescentes que no tienen derecho al voto mostraron un poder político superior a la impotente democracia formal, por medio de la lucha.


 


Francia, Grecia, Chile, Argentina: una nueva generación ha entrado en la arena de la lucha de clases.


 


Cuadro político


 


El desarrollo político de la UJS, que el Congreso puso en evidencia, tiene que ver con la coherencia política de cara al nacionalismo burgués de Kirchner, que nos permitió desarrollar una posición consecuente en todas las luchas. No hay que olvidar que fue la UJS la que inició, con varias semanas de anticipación, la agitación política para boicotear en la UBA la Asamblea Universitaria diseñada para consagrar al derechista Alterini. La UJS es la única organización juvenil efectivamente actuante en todo el panorama político argentino, no solamente en el de la izquierda. No por nada el oficialismo recurre ahora a la fertilización asistida para crear una suerte de ‘Jóvenes K’.


 


El desarrollo de una organización revolucionaria de la juventud, así como la lucha por un partido revolucionario de la clase obrera, son la respuesta positiva que tiene que dar la izquierda para delimitarse del nacionalismo de contenido burgués y presentar una alternativa de poder independiente. El Congreso marcó a fuego las limitaciones insuperables del nacionalismo de contenido burgués o pequeñoburgués, que se manifiestan —como señaló Pitrola en su discurso— en la subordinación del Frente Amplio a las pasteras, en la incorporación de Venezuela al Mercosur y en el reciente apoyo de Chávez al italiano Prodi y a la Unión Europea, en el sometimiento de Lula y Kirchner a Repsol y Petrobras, y en el generoso pago por adelantado y sin descuentos al FMI y al Club de París.


 


El Congreso señaló el fracaso del kirchnerismo al intentar armar una fuerza organizada de la juventud, un dato clave que muestra el carácter conservador de la nueva tentativa nacionalista de la burguesía. Pero ese rechazo no alcanza. Hay que darle una organización, un programa, una dirección, que no pueden ser otros que la lucha por formar un partido de la clase obrera para luchar por el gobierno de los trabajadores en Argentina y en todo el mundo.


 


El Congreso reivindicó la intervención política revolucionaria, o sea la lucha en base a un programa y a una estrategia, en oposición al movimientismo. No casualmente una de las regionales de la UJS con mayor desarrollo es la de Tucumán, donde se hicieron decenas de plenarios para elegir delegados. En Tucumán, el desarrollo de la UJS está determinado por una intervención política de conjunto, donde la utilización de la tribuna parlamentaria ha servido para desenmascarar a los partidos capitalistas y presentar un programa obrero y socialista.


 


Abajo la nueva Ley Federal de Educación


 


Luego del acto de apertura, donde hablaron representantes de grandes luchas del momento, funcionaron ocho comisiones de trabajo (situación política, reforma universitaria, movimiento secundario, terciarios, mujer, comisión obrera, juventud barrial y cultura) que durante varias horas discutieron proyectos de resolución para ser presentados al plenario final del domingo.


 


El Congreso votó una resolución de lucha contra la nueva Ley Federal de Educación que promueven Kirchner y Ctera. Denunció que su finalidad fundamental es rescatar las ‘reformas’ de la educación de la dictadura militar y del menemismo, o sea la provincialización del sistema educativo, como paso previo a la municipalización y a la privatización o ‘sponsorización’ de las escuelas, y para dedicar el presupuesto nacional a pagar la deuda pública y subsidiar a la ‘burguesía nacional’. Se trata de la versión democrática del pinochetismo. La rebelión chilena es un espejo en donde tiene que mirarse la Argentina.


 


El Congreso de la UJS votó una campaña por la nacionalización del sistema educativo, contra la provincialización y la municipalización, bajo la gestión de docentes y trabajadores. Que el Estado nacional sostenga la educación y que sus contenidos sean determinados por los trabajadores manuales e intelectuales, y de ningún modo por las corporaciones capitalistas o eclesiástica, ni los ponga el Estado, represor y clerical, controlado por los monopolios capitalistas. Llamamos a promover asambleas y movilizaciones para derrotar el intento oficial sobre la base de un programa alternativo.


 


A treinta años de la “Noche de los Lápices”, la reivindicación de aquellos pibes nuestros sigue pendiente. No tenemos el boleto estudiantil. El Congreso de la UJS votó lanzar una campaña nacional por el boleto estudiantil a 5 centavos. Lo conquistamos en La Plata; vamos a contrastar nuestra reivinidicación con los millonarios subsidios que Kirchner otorga a las empresas de transporte.


 


Universidad


 


El Congreso de la UJS caracterizó el hundimiento de la universidad como una consecuencia inevitable de la descomposición del régimen capitalista que le da sustento. Es esto lo que explica la falta de presupuesto, la privatización, los salarios de miseria. La cuestión de la forma de gobierno universitario está socialmente condicionada a la subordinación de la educación al capital. La impotencia del gobierno frente a la crisis universitaria, como lo pone de manifiesto su política de maniobras, es una derivación de su estrategia política al servicio de las grandes patronales.


 


El Congreso reivindicó la lucha desplegada por la UJS contra la elección de Alterini como rector de la UBA. Antes de que nadie discutiera nada sobre la Asamblea Universitaria, la UJS ya había pegatinado todas las facultades de la UBA y las sedes del CBC con un afiche que planteaba “Abajo la Asamblea Universitaria reaccionaria”. Planteamos que había que conquistar el gobierno de la universidad para los estudiantes y los trabajadores, luchar por la transformación de su contenido y función sociales en un marco de transición por la transformación revolucionaria de la sociedad. La cuestión universitaria no es de estatutos, ni una crisis de representación; al revés, los Alterini y los Franco son la representación adecuada de los intereses capitalistas dominantes. La crisis la plantea este contenido capitalista. La UJS lucha por la revolución universitaria, es decir por la reorganización socialista de la universidad vinculada a la lucha de la clase obrera por la emancipación nacional y social (unidad socialista de América Latina).


 


La Fuba y la juventud trabajadora


 


El Congreso reivindicó la política de la UJS en la Federación Universitaria de Buenos Aires, contra los intentos de hacerlo capitular ante el boicot de la derecha y el ‘progresismo’. No solamente rechazamos la propuesta de dejar a la Fuba acéfala, para que el vacío resultante lo llenara una alianza centroizquierdista, sino que ligamos la defensa de la Fuba a la lucha contra la Asamblea Universitaria reaccionaria, cuyo punto más alto fue la movilización de más de 10.000 compañeros contra la agresión fascistoide de la burocracia sindical y universitaria. Las fuerzas centristas tuvieron que venir al Congreso y darnos quórum. Intervenimos, luchamos, polarizamos y obligamos a los que se colocaban en el medio a definirse. Si no hubiéramos seguido esta política, hoy la Fuba estaría en manos de Franja Morada. Es totalmente acertado decir que haber mantenido la presidencia de la Fuba fue un triunfo político de la UJS.


 


El Congreso aprobó una resolución que llama a los centros de estudiantes secundarios y universitarios a trabajar por la unidad de la juventud trabajadora, por medio del apoyo a sus luchas y poniendo al servicio de ellas toda la fuerza organizada del estudiantado. El Congreso llamó a apoyar y a organizar las luchas de los jóvenes de los “call-centers” por su encuadramiento en el convenio telefónico; la lucha de los trabajadores de los supermercados; la lucha por la expropiación de Zanón; la lucha de los contratados y pasantes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


 


Una juventud socialista de masas


 


Nuestro objetivo estratégico es desarrollar una juventud socialista de masas, que luche por el gobierno de los trabajadores. Una juventud de combate que sea capaz de transformar las condiciones políticas en las cuales se desarrolla la lucha. Una juventud organizada para quebrar al capital, a su Estado y obtener victorias. Una juventud internacionalista. Destacamos la victoria ideológica contra el imperialismo que representa la movilización internacional de masas de la juventud. Nos esforzamos por crear las condiciones para la maduración de la juventud por medio de una experiencia independiente; en primer lugar, organizándose ella misma; en segundo lugar, creando un ambiente revolucionario que colabore con su formación moral y política; en tercer lugar, mediante la lucha práctica, concreta, en la calle, contra el Estado y el capital.


 


El Congreso de la UJS fue un paso adelante.