Juventud

25/10/2016

El Fader y el Cortázar, “pollerazos” y exámenes en blanco contra el Operativo Aprender y el Código de Vestimenta


 


“Se gastan millones en una evaluación y no tenemos ni borradores en los colegios”, explica Juanita, vocera del colegio Julio Cortázar del barrio de Flores. La frase sintetiza el rechazo del movimiento estudiantil al  “Operativo Aprender 2016”, destinado al reparto del presupuesto según un “ranking de escuelas” y el “salario por mérito” a los docentes en las escuelas, en base a exámenes a los alumnos de segundo y quinto año.


 


El Centro de estudiantes del Julio Cortázar, el CEJUC, decidió entregar en blanco los exámenes de la evaluación.


 


En el colegio Fernando Fader, por su parte, convocaron a una Asamblea permanente los días en los que se llevaba adelante el operativo y resolvieron romper las evaluaciones, en repudio a la jornada. Las autoridades, por su parte, respondieron con la amenaza de poner “ausente” a aquellos estudiantes que no entregaran en tiempo y forma el examen. No se trató de un ataque aislado: en el Fader son sistemáticas las persecuciones de las autoridades al movimiento estudiantil. Es destacable la intervención de las compañeras de la UJS del centro que remarcaron  sin titubeos el rechazo al Operativo.


 


En ambas escuelas del barrio de Flores, el movimiento estudiantil deliberó y puso sobre la mesa el carácter anti evaluativo y privatista del Operativo. La conclusión es clara: el Estado es responsable de la situación de las escuelas, más allá, incluso, del gobierno de turno. “Tanto el macrismo como el kirchnerismo tienen la responsabilidad de cómo nos encontramos a nivel educacional”, explica la vocera del Cortázar.


 


Infraestructura y Código de Vestimenta


 


El rechazo al “Operativo Aprender” no es aislado y se manifestó en muchos colegios junto con otras problemáticas que demuestran el derrumbe educativo. Los estudiantes del Julio Cortázar vienen denunciando hace meses el estado edilicio: el techo no se encuentra en condiciones, hay ratas y no se realiza la desinfección permanente hace siete meses, etcétera. Además, el CEJUC realizó una Asamblea permanente contra el Código de Vestimenta.


 


En el Fader también se llevó adelante un repudio a este Código: los estudiantes organizaron un “pollerazo” por su anulación. La intervención de las compañeras de la UJS fue destacada, no solamente  a la hora de organizar la jornada, sino también para defender a estudiantes de primer año, a quienes las autoridades quisieron sancionar. Contra las represalias de los directivos, se realizó a una "sentada". Este método de lucha triunfó contra la orientación de las fuerzas kirchneristas del Centro de Estudiantes, que intervienen en una línea conciliadora y de “diálogo” con los directivos.


 


 En todos los centros, la UJS defiende la organización independiente de los estudiantes, sin ataduras a las autoridades y los gobiernos de turno. Lejos de estar derrotado, el movimiento estudiantil se encuentra en pie de lucha. La victoria depende de la organización y la independencia política, que debe ser el punto fundamental de la lucha de los secundarios.


 


¡Abajo el ajuste y el Código de Vestimenta, al frente los estudiantes!

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