Juventud

5/12/2013|1296

El gobierno interviene para llevar el ajuste a la UBA

Presidente de la FUBA

La reunión del fin de semana pasado entre el jefe de gabinete, Jorge Capitanich, y Alberto Barbieri, principal candidato a rector de la UBA, selló un pacto reaccionario contra la universidad pública. El gobierno se metió en la crisis de la UBA para apadrinar a Barbieri, máximo exponente del desguace capitalista de la universidad. De esta forma, Capitanich adelantó el resultado de la llamada "asamblea" del 5 de diciembre, que quedó convertida en una farsa digitada por el Estado. Las "garantías" que otorgó Capitanich, como la presencia de la Policía Federal, violan la autonomía universitaria y tienen una explicación de fondo: someter a la UBA a la línea del ajuste que el gobierno está aplicando en el país.


El acuerdo Capitanich-Barbieri es el certificado de defunción de 'Carta Abierta', cuyo candidato Schuster quedó desautorizado por los funcionarios de su propio gobierno. Al igual que en el país, este giro reaccionario del kirchnerismo cuenta con el aval explícito de los radicales de Franja Morada, el PRO y hasta de los peronistas de Massa, todos encolumnados detrás de Barbieri para hacer de la UBA una caja de negocios. Axel Kicillof, otrora opositor al “barbierismo” en Económicas, no ha abierto la boca sobre el asunto. El pacto de su 'coequiper' con Barbieri y Franja es una palada más de tierra sobre la tumba del relato camporista. Como en el pasado, ni bien se apaguen los flashes del 5 de diciembre, el cristinismo universitario no tardará en integrarse al nuevo rectorado, acoplándose a la orientación emanada desde la Casa Rosada.


El resultado de estas trenzas espurias será una mayor dependencia de la UBA respecto de las corporaciones capitalistas que se apropian de los recursos científicos y tecnológicos de la universidad a través de convenios y "sponsorizaciones". Esta desvirtuación completa de la función de la universidad pública no fue debatida ni votada por nadie, lo que explica que la "asamblea" del 5 tenga un carácter prácticamente clandestino, ocultando hasta último momento el lugar donde se llevará a cabo.


La Fuba y la AGD-UBA se movilizarán el 5 junto a miles de estudiantes, docentes, investigadores y trabajadores no docentes, que son los que sufren en carne propia esta orientación privatista: mientras las autoridades se autoasignan salarios de 40.000 pesos, la masa que estudia y trabaja en la UBA está sometida a condiciones cada vez más precarias. En oposición a esta "asamblea" cada vez más trucha reclamaremos la convocatoria a una asamblea realmente democrática, que surja del voto y la deliberación del conjunto de la población universitaria, para reformar los estatutos y recuperar la UBA para los intereses de las mayorías trabajadoras. La lucha contra la "asamblea" reaccionaria preparará el terreno para enfrentar el ajuste que se viene.