Juventud

20/11/2018

El Naval en pie de lucha

Centro de Estudiantes Técnica N 37 (CEHN37) y UJS de Flores

La Escuela técnica Hogar Naval Stella Maris (ET N°37), ubicada en el barrio porteño de Floresta, fue protagonista estos últimos días del derrumbe educativo. Tras las tormentas del fin de semana anterior las instalaciones se vieron afectadas con inundaciones en el sótano el cual mantiene el sistema de electricidad en funcionamiento, al cortarse la luz se detuvo al mismo tiempo la bomba encargada de drenar agua hacia las instalaciones. Todo ello causo la interrupción de las clases durante tres días enteros. La tardanza en la reanudación de las mismas fue producto de la demora de Edesur en la reconexión de las fases.


Al mismo tiempo lxs estudiantes se encuentran en una ferviente lucha contra los llamados “códigos de vestimenta” o como las autoridades llaman “Normas de Presentación”, que como es sabido no buscan otra cosa que regimentar los cuerpos del estudiantado.


La escuela en este punto cuenta con la particularidad de contar con uniforme, el cual se compone de una camisa y una corbata, recordemos que la institución es de gestión estatal.


Una de las argumentaciones de parte de las autoridades para seguir con este es la de “enseñar profesionalismo para trabajos futuros”. En un texto crítico y argumentativo que presentarán en los próximos días a las autoridades de la escuela, lxs chicxs contestan: “Estas tendencias argumentativas hacia lo laboral, solo refuerzan la imagen estereotipada del alumno del Naval, y nos hacen creer que la única realidad del programador es trabajar para una empresa mayor. Lo consideramos una falta de respeto al arte de programar, cómo se simplifica la carrera a una simple salida laboral y un buen sueldo. […] Consideramos una falla, el reducir la educación del colegio a una simple camisa y corbata obligatoria, la cual no enseña absolutamente nada. Aun así, nos vemos obligados de nuevo a remarcar lo obvio: Venimos a aprender y no a trabajar.”


Otro argumento que suelen darles como respuesta es que el Hogar Naval Stella Maris, a quien el gobierno de la ciudad le alquila parte del edificio para el funcionamiento de la escuela, y el cual realiza misas dentro de su edificio demostrando así una clara relación con la Iglesia Católica; es quien les exige la utilización de este uniforme como contraprestación.


Una muestra de lo restrictivo y arbitrario que plantean las autoridades en el “código de vestimenta” es por ejemplo la utilización de “camperas y buzos discretos” que permiten el criterio de cada autoridad a decidir qué es lo “discreto” llevando a múltiples confusiones; para las mujeres “nada que muestre las piernas” lo cual demuestra una clara falta de ESI por parte de quienes lo imponen. Sin embargo, la aplicación de estos códigos no es igual hacia todos, varía según edad y género. Siendo más exigente para lxs más jóvenes y reforzando los estereotipos de género (a las mujeres se les permite el uso de aros y cabello largo y suelto, a los hombres se les permite usar bermuda y short en educación física).


Para combatir esto lxs estudiantes se pusieron en pie de lucha a partir de asambleas y juntada de firmas a favor del documento que escribieron argumentando en contra de este reglamento. La adhesión fue del 61,76% (equivalente a 357 firmas). Para hacer frente a esto se organizó una sentada a modo de protesta, la cual se realizará la próxima semana y se plantean otras medidas de lucha hasta derrotarlo.


¡Organicémonos para derrotar las “Normas de Presentación” reaccionarias! Que solo reproducen la regimentación de los cuerpos de lxs estudiantes. ¡Por la real aplicación de una Educación Sexual Integral, laica y científica!