Juventud

18/6/2015|1368

El PTS insiste con la entrega de la Fuba

Presidente de la FUBA


La Izquierda Diario hizo un nuevo intento por rescatar la política capituladora del PTS en relación al reciente Congreso de la Federación Universitaria de Buenos Aires. Nuevos 'argumentos' y giros sorprendentes pretenden justificar una orientación que automarginó a ese partido del liderazgo de un proceso político que posibilitó, hace ya 14 años, la recuperación de la Fuba de manos de Franja Morada y abrió un largo período signado por la conquista de centros de estudiantes, la organización de estudiantazos masivos contra los sucesivos rectorados y gobiernos de turno, la participación del movimiento estudiantil en las principales luchas obreras y populares del país y el desarrollo de la autoridad política de la izquierda revolucionaria al interior de los colegios y facultades.


 


La propuesta que rechazaron los K, y rechaza el PTS


El artículo asombra cuando critica al PO por utilizar el término “derecha” para referirse a las fuerzas que conducen el rectorado y disputan la dirección de la federación (UCR-PRO-PJ), ya esto crearía una diferenciación entre este bloque y las agrupaciones kirchneristas de carácter artificial. Esta definición, según la cual la oposición de derecha y el gobierno kirchnerista serían un todo indivisible, es llamativa por parte de quienes venían de proclamar la existencia de una “Argentina kirchnerista”, y de quienes caracterizaron a la Ley de Medios de Telefónica, Szpolski y La Cámpora como progresiva, al caracterizarla como una “concesión”. Pero en relación a la situación concreta de la UBA la miopía no podría ser mayor. No es el PO, sino los K, quien aseguró tener una “contradicción principal” con el rectorado, al punto de proponerle un “frente único” a la izquierda para enfrentarlo.


La crisis entre el gobierno y el rectorado implicó choques y renuncias. Un partido que cierre los ojos y no se valga de ellas para desarrollar su agitación y su política se condena a la esterilidad. En estas condiciones, nuestra propuesta a los K fue clara: vengan al Congreso de la Fuba, aseguremos el quórum, y que cada fuerza obtenga el lugar que le dieron los votos de los estudiantes: la izquierda en la presidencia, Unidos y Organizados en la oposición. El PTS no puede explicar lo fundamental: si como ellos dicen, nuestra propuesta era favorable a los K, ¿por qué entonces ellos mismos se encargaron de rechazarla? La realidad es que el gobierno no podía aceptar porque nuestra política combinaba la derrota del rectorado con la defensa de la independencia política de la Federación. A diferencia del PTS, que no dijo nada antes ni durante el Congreso, nuestra propuesta fue útil porque permitió desenmascarar a los K y mostrar concretamente el peso de sus compromisos con el rectorado y la derecha. Para el gobierno, una Fuba conducida por la izquierda era el mal mayor.


 


Inconsistencia




Los compañeros del PTS son conscientes de que falsean la realidad del Congreso y por eso no se animan a llevar sus propias premisas hasta el final. Según ellos, acordar con los K el quórum para derrotar a la derecha equivalía a “integrar” al kirchnerismo a la Federación. ¿Qué proponen entonces? ¿Excluirlos del Congreso? Si el PTS se creyera lo que dice tendría que realizar una campaña para impedir que el kirchnerismo presente listas en los centros de estudiantes, ya que de allí se derivan sus delegados a la Fuba. Pero, mal que le pese al PTS, la lucha de clases y partidos no se puede suprimir por un decreto. 




La misma inconsistencia se advierte cuando asegura que “si la política de los compañeros del PO triunfaba, se ponían en cuestión todos los frentes políticos que mantenemos en la universidad”. De un plumazo, el PTS se olvida que hasta ayer tampoco estaba de acuerdo con nuestra “política de alianzas”, por lo que no integró ninguno de los frentes de conducción de la Fuba desde 2001 a la fecha. Si el problema sería el supuesto cambio, esto querría decir que los compañeros suscriben nuestra línea de frente único contra el gobierno y el rectorado, junto con agrupaciones chavistas, maoístas e independientes. Otra incoherencia es su afirmación de que hubieran roto los frentes en las facultades sólo si nuestra propuesta triunfaba: si se trata de “un cambio de toda la política” del PO, no importa si los K aceptaron o no. Para ser consecuentes, los compañeros deberían romper con indiferencia de este resultado circunstancial, pero el PTS no aspira a ser serio ni consigo mismo.


 


Frente de Izquierda




El artículo afirma que es necesario fortalecer al Frente de Izquierda en la universidad. Por supuesto, estamos de acuerdo. Sin embargo, en el Congreso de la Fuba el PTS cuenta con sólo tres delegados. A pesar de que la UJS-PO más que octuplica esa cantidad, una lista exclusiva del FIT implicaría su derrota segura frente a las agrupaciones del rectorado. En estas condiciones, la tarea del Frente de Izquierda y sus partidos consiste en defender a la Fuba y el desarrollo independiente del movimiento estudiantil. Seguir la política del PTS y entregar la Fuba a los radicales y macristas no parece ser la mejor forma de “fortalecer” al Frente de Izquierda.


 


Entrega




Es curioso, también, que el artículo insista en endilgarle la responsabilidad de nuestra política en el Congreso a Julián Asiner. Aquí el PTS proyecta sobre nosotros un personalismo extremo que caracteriza a las sectas o capillas. La UJS-PO resuelve sus posiciones en plenarios y asambleas, siempre de forma colectiva. Peor es cuando insinúa que “Asiner va por su tercer mandato como presidente de la Fuba en nombre del PO”, como si el Partido Obrero tuviera la voluntad de perpetuar a un determinado militante al frente de la Federación. La realidad es que las autoridades electas en el Congreso del año 2013 no pudieron ser renovadas en 2014 y 2015 por falta de quórum. El PTS lo sabe, pero prefiere seguir macaneando. Frente a esta situación, ¿pretende que renunciemos? la UJS defiende hasta el final el mandato que nos dieron los estudiantes de la UBA en las elecciones que nos colocaron a la cabeza de la mayoría de los centros de estudiantes.




No hay vuelta que darle. Se mire por donde se mire, la línea del PTS es un llamado a entregar la Federación a los enemigos del movimiento estudiantil.