Juventud

18/3/2015|1355

El régimen Richarte y los desafíos de la Fuba

Presidente de la FUBA


Al cierre de esta edición de Prensa Obrera se conoció el pedido de renuncia presentado por el vicerrector de la UBA. Richarte esgrime “motivos personales” sin hacer referencia a su pasado como vicejefe de la Side y a los vínculos que sigue manteniendo con los servicios y que se hicieron públicos con la crisis abierta por la muerte de Nisman. En su renuncia, agradece, y con razón, a quienes lo protegieron en el Consejo Superior. Cuando los consejeros estudiantiles del PO, Gabriel I. y Carolina Fernández, presentaron la semana pasada un proyecto reclamando su destitución, saltaron en su defensa el rector Barbieri y un arco de fuerzas que va desde José Luis Giusti, decano de Económicas y ex candidato del PRO, hasta Jorge Anró, burócrata cristinista del sindicato no docente que integra la CGT oficial.


 


El régimen Richarte


 


Como Richarte mismo confiesa en su renuncia, él se va porque la campaña de la Fuba y la AGD estaban produciendo un enorme daño político a la mafia de los Barbieri, Yacobitti y Franja Morada que dirigen el Rectorado; se va para preservar al régimen que lo llevó a la vicerrectoría. Richarte dice que quiere recluirse en Derecho, donde es parte de la camarilla que maneja la facultad. Según el ex vicerrector y defensor de Amado Boudou, su tarea sería garantizar la “transparencia”. Derecho es una caja negra que recauda más de 500 millones de pesos en posgrados (son más caros que los de las privadas) mientras mantiene un récord de 3.600 docentes ad honorem (más de la mitad de la planta). El entramado podrido que gobierna la UBA, con sus lineamientos dictados por grandes bancos como el Santander, es una amenaza para la universidad pública. Los negociados para las empresas se realizan sobre la base de una precarización alarmante de las condiciones de trabajo de docentes y no docentes. La crisis presupuestaria es tal que Barbieri planteó en el Consejo Superior la posibilidad de que la UBA se desprenda de sus hospitales, lo que daría sepultura definitiva al vaciado Hospital de Clínicas. 


 


La pelea por la Fuba 


 


La caída del vicerrector demuestra que el principal obstáculo que tiene el “régimen Richarte” para avanzar es la existencia de la Fuba y la AGD como factores de lucha y organización independientes. Por eso, Richarte y Yacobitti alentaron el crecimiento de una agrupación propia para recuperar los centros y la Fuba, que recogió los viejos restos de Franja Morada bajo el nombre de “Nuevo Espacio”. Ahora, los discípulos del viejo Nosiglia quieren seguir el rumbo de su partido sumando a este armado al PRO.


 


Las elecciones estudiantiles del 2014 anuncian un Congreso de la Fuba con números ajustadísimos. Aunque la UJS incrementó levemente los delegados respecto del Congreso anterior, otras fuerzas de izquierda retrocedieron. La distribución de delegados no puede modificarse, ya que responde a la votación del año pasado, pero sí lo hacen los agrupamientos y desagrupamientos de fuerzas. Enfrente, finalmente, se encuentra un conglomerados de aparatos políticos surcado por mil divisiones, y que acaba de recibir un duro golpe político. Los kirchneristas de la UES de Sociales, por ejemplo, que integran las listas de Recalde en el FpV porteño, ¿defenderán hasta el final una coalición con la UCR y el PRO para enfrentar a la izquierda en la Fuba? ¿La Tropilla, que pretende ganarnos el centro de Veterinarias con un discurso “independentista” y “apolítico”, se hará cargo de contribuir a una lista de estas características? El próximo Congreso plantea una lucha política abierta, respecto de la cual todas las agrupaciones deberán rendir cuentas frente a los estudiantes.


 


 


Tomemos la iniciativa


 


Es el momento de redoblar la iniciativa contra el régimen Richarte y sus laderos estudiantiles. La caída del vicerrector de la Side es un triunfo que plantea nuevos desafíos. Es necesario desmantelar el entramado podrido que parasita la universidad, terminar con las cajas negras y reemplazar a las camarillas privatistas por un gobierno de la mayoría que estudia y trabaja en la universidad. La defensa de una Fuba independiente, de izquierda y de lucha está asociada a estas tareas y debe ser demostrada mediante la experiencia y la confrontación política con los enemigos del movimiento estudiantil. 


El resultado de esta pelea va a ser determinante para las elecciones obligatorias que tendrán lugar en el mes de septiembre. Vamos a la conquista de la conciencia de miles de estudiantes y a producir un nuevo salto en el reclutamiento de centenares de jóvenes a las filas del Partido Obrero y el Frente de Izquierda.