Juventud

15/11/2007|1017

Elecciones en el Nacional de Buenos Aires: ¡Triunfó el Frente de Estudiantes en Lucha!

Las autoridades, la burocracia de CTERA, Clarín y La Nación, derrotados

UJS del Buenos Aires

Cuando toda la carroña enquistada en los medios de prensa de la burguesía festejaba que en las elecciones del Pellegrini no había ganado el FEL (la agrupación donde actúan los militantes de la UJS-PO), se realizaron las elecciones del otro colegio universitario de la UBA, el Nacional Buenos Aires. La contienda tenía un valor político especial, porque se pondrían a prueba dos caracterizaciones políticas opuestas acerca de la situación en la UBA y en los colegios pre-unviersitarios en particular: si como dijimos en Prensa Obrera, la iniciativa seguía siendo de los luchadores, tesis que sosteníamos porque el FEL había realizado una gran elección y un numerosísimo reagrupamiento de estudiantes; o si, como sostenían La Nación y Clarín, se estaba operando un retroceso de la izquierda. Naturalmente si éstos tenían razón debía confirmarse en las elecciones del Buenos Aires a través de una derrota de nuestra lista.


No es, sin embargo, lo que sucedió el viernes pasado en las elecciones para el Centro de Estudiantes del Nacional de Buenos Aires. Si bien las listas que se presentaron fueron tres, la elección se jugó entre dos de ellas: por un lado, el Frente de Estudiantes en Lucha, compuesto por la CEBA (agrupación independiente que encabezó el frente), la Agrupación La Toma (UJS + independientes), y otros activistas independientes de lucha; por el otro lado, Escoria, hasta el momento conducción del Centro, defensora del independentismo y relacionada con el MST y el MAS.


El FEL triunfó con alrededor del 50 % de los votos, superando por un importante margen de 120 votos a Escoria. ¡Es decir que la mitad de los estudiantes votaron por nuestra lista! ¿No sigue estando, entonces, la iniciativa en manos de los luchadores?


La campaña


En general, el planteo de la democratización fue reivindicado tanto por el FEL como por Escoria (si bien estos últimos lo desmerecieron parcialmente). Es decir que la mayoría del estudiantado que se volcó a las urnas lo hizo defendiendo la democratización. La línea divisoria, sin embargo, recae en que Escoria había desenvuelto una política conciliadora con las autoridades (aceptando la asunción de González Gass como rectora interina), mientras que el FEL defendía una política de oposición a las autoridades para poder conquistar el Consejo Directivo. Frente a esta disyuntiva, los estudiantes se pronunciaron por la última opción; es la victoria de una política de independencia frente a las autoridades del movimiento estudiantil que lucha por la democratización.


Lo hicieron incluso contra todo tipo de presiones. Los medios de comunicación se habían encargado de utilizar las elecciones del Pellegrini para atacar al PO, luego de demonizarlo permanentemente por defender la lucha por la democratización. Las propias autoridades del colegio admitieron que no querían que ganaran los “troskos”. La burocracia sindical de CTERA hizo campaña el mismo día de la elección contra el FEL, argumentando que no había que votar al PO y sí había que hacerlo por Escoria; reflejando de esta forma la verdadera voluntad de las camarillas con quienes la burocracia está entrelazada. El hecho de que los independentistas recibieran el apoyo de la burocracia sindical, demuestra que su falta de definición política es reconocida por el propio Estado como una oportunidad para cooptarlos o quebrarlos. Los agentes del Estado apoyaron a la “izquierda independiente”, contra el FEL que defiende efectivamente la independencia del movimiento frente a los directivos.


En este cuadro, el triunfo del FEL es doble. En primer lugar, porque representa una derrota de las camarillas universitarias, de las autoridades del colegio y de la burocracia sindical por un lado, que se empeñaron en evitar dicho triunfo; y de los medios de comunicación por el otro, que habían intentado demostrar, con la apretada victoria de los kirchneristas en el Pellegrini, el supuesto retroceso de la izquierda revolucionaria en las organizaciones estudiantiles.


En segundo lugar, porque luego de un año en el cual el movimiento estudiantil del Buenos Aires no protagonizó activamente la lucha por la democratización; de un año en el que la conducción del Centro, que defendía una política conciliadora, desmovilizó al estudiantado; los estudiantes se pronunciaron por modificar este rumbo y poner al Centro de Estudiantes en pie de lucha, de forma independiente de los directivos.


La disyuntiva en estas elecciones era muy clara: avalar o luchar. Los estudiantes eligieron luchar, para hacer del 2008 un año en el que el Centro del Nacional desenvuelva un gran movimiento por la democratización del colegio. Como dijimos en la anterior Prensa Obrera, ¡el carnaval recién empieza!