Juventud

7/10/2010|1149

Estudiantazo cordobés: Para triunfar, unifiquemos las luchas

Ya son seis los colegios secundarios tomados en Córdoba: el preuniversitario Manuel Belgrano, los provinciales Garzón Agulla, Jerónimo Luis de Cabrera, Instituto Córdoba (privado), Carbó (secundarios y terciarios) y el Ipem 270; a ellos se suma la toma de la Facultad de Filosofía de la UNC y el conflicto en el terciario “Ciudad de las Artes”. La extensión del estudiantazo se visualiza también en la deliberación generalizada que recorre al movimiento estudiantil de la ciudad.

El estallido, que arrancó cuando se llovieron los techos del Carbó, fue precedido por una serie de conflictos particulares en los colegios, con tomas aisladas, cortes de calle y asambleas, que exigían respuestas a las condiciones edilicias y de cursado. El 16 de septiembre, con motivo del aniversario de la Noche de los Lápices, una movilización de más de 3.000 compañeros ganó las calles en defensa de la educación, en la que se pudo ver el proceso de organización que recorre todo el movimiento.

La rebelión enfrenta sin dudas el hundimiento de la educación, los pliegos de reivindicaciones se desarrollan en todos los establecimientos. Lejos de tomar un rumbo aislado y particular, el movimiento se dirige hacia la unidad de secundarios, terciarios y universitarios, y pone blanco sobre negro la responsabilidad del gobierno provincial y el nacional al respecto. Las tomas del Belgrano y Filo se votaron en solidaridad con el estudiantazo. En el movimiento secundario se hace fuerte la consigna de no a la ley de educación provincial, que es una replica de la ley de educación kirchnerista, que pone la educación al servicio de los capitalistas y abre las puertas para la intromisión de la iglesia en la educación.

En un primer momento, el gobierno de Schiaretti, que interviene por boca del ministro de Educación (Grahovac), salió a atacar el carácter “politizado” de la rebelión, habló de una supuesta “mano negra”. Luego envío a un fiscal, amenazando con el desalojo por la fuerza. Ambas maniobras tuvieron poco vuelo. Ahora levanta la posición del “diálogo”. No sólo ha recibido a los representantes de las escuelas tomadas, sino que envía a sus funcionarios a las escuelas que todavía no lo han hecho para impedir las ocupaciones. Sobre la base del diálogo y de las promesas de inversiones millonarias, que por supuesto nunca aparecen, el gobierno provincial intenta desactivar uno por uno los conflictos.

En la universidad, el rectorado de Scotto-Franja-Bisagra, que no abrió nunca la boca para siquiera denunciar el derrumbe educativo, tomó rápidamente la iniciativa de desandar la ocupación de Filo, para lo que se ha valido de la conducción del centro (El Andén, kirchnerista) y La Bisagra, que pretenden votar todos los días el levantamiento de la toma. La FUC, dirigida por la Franja, ha declarado que garantizará que no se realicen más tomas en ciudad universitaria. Después de fracasar en ello (la asamblea de Filo crece día a día), la propia rectora Scotto salió, en la misma línea que Grahovac, a ofrecer el diálogo, pero sólo al Belgrano, tratando de dividirlo de Filo. La respuesta de los preuniversitarios no dejó dudas: se negocia con todos.

Cómo seguimos

Al calor de las tomas, se ha reunido la asamblea interestudiantil que el pasado 2 de octubre, con más de 500 compañeros, estableció un plan de acción a seguir. Sobre la conclusión de la unidad y la acción directa, después de dos mesas de diálogo sin resultados, se estableció una marcha educativa dirigida al Ministerio de Educación provincial y al rectorado de la UNC, para exigir respuestas inmediatas, nucleando a todos los sectores de la educación en conflicto. Esta marcha fue acompañada por todo un cronograma de actividades de movilización y defensa de las tomas.

Nuestra tarea es desarrollar a fondo el método con el que los estudiantes han encarado esta lucha y, sobre la base de sus reivindicaciones, establecer un norte de acción dirigida al gobierno provincial y nacional, que se están jugando a dividir al movimiento y que sólo darán respuestas mediante la acción de los estudiantes movilizados.

Desarrollemos asambleas en todos los lugares de estudio, que establezcan su propio programa de reclamos y preparemos una gran marcha educativa que ponga nuevamente en las calles a la comunidad en defensa de la educación pública, sumando a los demás colegios secundarios, terciarios y facultades en esta perspectiva.