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El viernes 28 se llevó a cabo la “Gran rateada nacional” de secundarios organizada desde la red social Facebook. En la ciudad de La Plata, más de un millar de jóvenes se concentraron en Plaza Moreno, la plaza central de la ciudad. La jornada terminó en una represión policial y en el rechazo activo por parte de los jóvenes a los represores, cuyo saldo fueron 20 secundarios presos.

La movida de la rateada es una expresión aguda del fracaso del régimen, no ya para proveer una educación pública, laica, científica y gratuita, sino de “contener” a los pibes en los colegios. De conjunto, delata un derrumbe social y educativo, además de la incapacidad de los gobiernos y el sistema para mostrar un canal de desarrollo, una perspectiva para las nuevas generaciones. El desfinanciamiento de la educación, las leyes anti-educativas, la falta de perspectiva social; todo forma un cóctel explosivo.

Por otro lado, la respuesta juvenil frente a la represión también muestra el rechazo y el repudio a las fuerzas represivas del Estado (la Policía), por parte de los jóvenes, quienes sufren en las barriadas el “berdugueo” policial y son víctimas directas o indirectas de los “gatillo fácil”.

En Capital, la Coordinadora de Centros de estudiantes resolvió concurrir a las “rateadas” para invitar a los secundarios a sumarse a la organización de los Centros en los colegios. El objetivo es desarrollar una respuesta positiva de reorientación de la educación en función de los intereses de los trabajadores y la juventud.

En La Plata, está surgiendo un activismo luchador que ya está al frente de la tarea de reconstruir los Centros. Se trata de avanzar en la coordinación, para conquistar la masa de secundarios a la defensa de la educación pública: por la calefacción, los arreglos edilicios, las viandas, las becas, por la triplicación del presupuesto educativo en base al no pago de la deuda externa.