La destitución de la rectora del Nacional de Buenos Aires decretada por el rector Hallú y el Consejo Superior ha puesto nuevamente sobre el tapete la naturaleza reaccionaria del régimen universitario. La Fuba ha sido pionera en esta denuncia. Ahora, la intervención despótica se realiza contra miembros selectos de la propia camarilla.

El conflicto del Buenos Aires volvió a poner de relieve que, con los actuales estatutos, 700 profesores titulares deciden los destinos de más de 300 mil estudiantes, 30 mil docentes y 10 mil no docentes. Son ellos los que eligen a los decanos de las facultades, teniendo así el dominio absoluto del Consejo Superior. Clarín miente cuando busca ver en la ‘dedocracia’ del Hallú el método de gobierno del matrimonio presidencial. También votaron el despido de la ex rectora radicales, peronistas, macristas y progresistas, todos prendidos de la caja de la UBA. El impulsor directo del despido fue el secretario general de la UBA, Mas Vélez, quien es también presidente de la UCR de la Capital. En la repartija de cargos, a la gente de Mas Vélez le correspondía el Rectorado del Nacional.

En una carta publicada en la página web de la UBA, Hallú hizo pública una amenaza a los estudiantes, docentes y no docentes del Buenos Aires en relación a la pérdida del ciclo lectivo y el no pago de los salarios. Es un recurso desesperado porque su intervención no pudo hacer pie en el colegio.

Fuera la intervención. Ningún rector del Consejo Superior. Por la formación de consejos democráticos y verdaderamente resolutivos que elijan a las autoridades de los preuniversitarios, de acuerdo al proyecto presentado por los colegios. ¡Democratización ya!