Juventud

7/11/2019

Histórica elección de Oktubre en el Nacional de Buenos Aires

Claves del triunfo en el centro de estudiantes

El martes concluyeron las elecciones en el Nacional de Buenos Aires, tanto para Centro como para Consejo de Convivencia y Consejo de Escuela Resolutivo (CER), donde les estudiantes apostaron por el Frente de Lucha Estudiantil-Flama (Oktubre + independientes) que se coronó como la conducción del Cenba con 674 votos, siendo la única salida combativa que se planta frente a las autoridades y el próximo gobierno. Detrás quedaron las listas del Frente de Todos: La 25 (La Cámpora) con 571 votos, y en tercer lugar, la ex conducción del centro, Hierba Mala, con 327 votos. 


Ganamos la conducción del Cenba no de la nada sino al calor de todo un proceso de lucha del sector más genuino del movimiento que quiere enfrentarse a las autoridades contra el ajuste, la política expulsiva y contra los violentos en el Colegio. Además, el próximo año se van a cumplir 10 años de la existencia de Oktubre, la única agrupación que en sus años de historia jamás se cambió el nombre ni su programa y defendió siempre una perspectiva independiente de las autoridades y los gobiernos de turno. 


Flama-Oktubre hizo la elección más alta de su historia, no sólo en Mesa Directiva sino también en la secretaría del turno mañana con el 31,59% y del turno vespertino con el 33,27%. En el Consejo de Escuela Resolutivo, que es el órgano de cogobierno del Colegio, Flama ganó la mayoría estudiantil con 693 votos, consolidando un bloque confrontativo con la gestión. Por último, en los Consejos de Convivencia, conquistaron la mayoría en el turno mañana y la mayoría en el turno vespertino con el 40% de los votos. La 25 consiguió en la Tarde tanto la secretaría como la mayoría en Convivencia. Un fenómeno contrario sucedió con Hierba Mala, otra variante del Frente de Todos, que habiendo sido la conducción durante este año, perdió representatividad en el CER, en las secretarías y en Convivencia Turno Mañana, lo que va en sintonía con lo ocurrido en la elección del Carlos Pellegrini, donde también eran conducción y terminaron quintos. 


La ex conducción del Centro, Hierba Mala, tras un año en que sumergió en una parálisis al Cenba y permitió así el avance de la gestión, en estas elecciones no pudo encontrar su lugar. Se dio una elección polarizada, por un lado con la izquierda combativa que ya estaba referenciada en un espacio realmente independiente de la mano de Flama-Oktubre; y por otro lado, con el Frente de Todos, que ya tenía armada su agrupación de aparato con las autoridades, La 25.


En ese sentido, la campaña tuvo por un lado, a quienes eran respaldados por Alberto Fernández, Axel Kicilof, Máximo Kirchner, Hebe de Bonafini, entre otros, con saludos por las redes sociales llamando a votar a La 25 para “poner al Cenba y al país de pie”; y por el otro, a quienes éramos saludados por los propios estudiantes, que militaron el voto a Flama porque querían que vuelva un Cenba que se plante y que pueda enfrentar a las autoridades. 


La 25, siendo la agrupación de Alberto, fracasó en su intento de nacionalizar la elección del centro de estudiantes porque a pesar de que llenaron el Aula Magna del colegio unas semanas antes con el nuevo Presidente de la Nación y con “Pepe” Mujica y de que seguramente un 70% del electorado del Colegio haya votado por el Frente de Todos a nivel nacional, no pudo impedir que esa misma juventud eligiera a la Izquierda para la conducción del centro de estudiantes. No le alcanzaron a La 25 los saludos de los referentes del Frente de Todos porque los intereses y los problemas de les estudiantes fueron mucho más fuertes que eso. Y los 674 estudiantes que votaron por el Frente de Lucha Estudiantil-Flama entendieron que era 

fundamental tener este año un Cenba que pueda estar en las calles y en el colegio debatiendo de forma independiente a las autoridades y a todos los gobiernos.


Una batalla ganada contra las autoridades y una estructura jerárquica


Pero lo que sin dudas marcó la línea que dividía a Flama del resto de las agrupaciones durante la campaña, fue su enorme compromiso con las egresadas y con las pibas. Fue la única agrupación que denunció desde el minuto uno quiénes son los responsables políticos de la desidia absoluta de que hasta el día de hoy, les nieguen a les pibes las mesas de trabajo por la ESI conquistadas en la toma de este año, y del vaciamiento de los espacios de contención. Y por sobre todo, Flama fue la única agrupación que denunció la responsabilidad de las autoridades por una estructura jerárquica que ampara la violencia y la misoginia y sigue manteniendo hasta el día de hoy a los violentos en el CNBA.


El compromiso de la nueva conducción del Cenba tiene detrás un programa muy claro que desde el 2016 Oktubre ha construido en todos lados, desde los espacios de base hasta en el Consejo Superior, arrancando allí con más de 2500 firmas un proyecto por la aplicación efectiva de la ESI laica y científica. Un programa que tiene como objetivo acabar con la violencia y la complicidad en el CNBA y que tiene como bandera el aborto legal, la separación de la Iglesia del Estado y la ESI laica, científica y respetuosa de las diversidades sexuales. De esta manera lo expresaron las y los pibes de Oktubre en Flama durante la campaña con un taller sobre ESI y sexualidades con más de 200 estudiantes y lo expresaron los cientos de estudiantes que querían a Oktubre presente al pie del cañón. 


El martes ganaron las pibas y perdieron los Robi y las Bergman y nació el sol de una nueva conducción que dará pelea y va a poner sobre la mesa todos los reclamos de las mujeres y disidencias del CNBA. 


El Cenba vuelve a ser independiente y de lucha


En las vísperas de un nuevo gobierno que ya se comprometió a honrar los compromisos de deuda del FMI y que prepara un mayor ajuste contra el pueblo trabajador, es fundamental la intervención del movimiento estudiantil secundario para enfrentar la Secundaria “sin” Futuro y todo ataque a nuestra educación. Con el Frente de Lucha Estudiantil Flama, el Cenba vuelve a ser una herramienta de transformación y un espacio donde les pibes quieran volver a organizarse y plantarse con una perspectiva independiente al nuevo gobierno, las autoridades y el Rectorado de la UBA.