Juventud

15/10/2009|1104

La alternativa a las camarillas universitarias

Eligen decanos entre gallos y medianoche

A pesar de que los mandatos de todos los decanos y del rector de la UBA concluyen recién en marzo de 2010, las camarillas universitarias han decidido acelerar los tiempos. En Medicina, Veterinaria y Ciencias Económicas las camarillas ya votaron la reelección de los decanos para el período 2010-2014, cuando faltaban más de seis meses para el vencimiento de su mandato actual.

El resto de las facultades ya ha hecho saber que también piensan adelantar los plazos y  circula la versión de que se convocaría la Asamblea Universitaria en diciembre para votar al rector.

¿A qué se debe la premura? Una razón es aprovechar las vacaciones para evitar la presencia de estudiantes, como ocurrió en la última asamblea de 2006. Entonces, una lucha sistemática de la Fuba impidió durante un año la elección del rector, reclamando una democratización del gobierno universitario.

Una universidad de casi 400.000 personas sigue bajo el dominio férreo de un par de miles de profesores que monopolizan los negociados, los convenios con empresas y los acuerdos de investigación. Así se “facturan” decenas y decenas de millones de pesos, que no dejan trazas en los balances.

¿Todo bajo control?

El problema no son solamente los estudiantes, pues las peleas y disputas dentro del núcleo dirigente está en la orden del día. Del propio riñón del Rectorado ha salido una fuerte denuncia, publicada por el diario La U, contra el rector Hallú por negociados con el Banco Santander.

En ambos campos en disputa hay radicales, kirchneristas y peronistas no-K. El litigio no es sobre principios ni filiación partidaria sino sobre negocios y el reparto de cargos y presupuesto. Para muestra un botón: el decano de Arquitectura, Jaime Sorín, espadachín de los intelectuales de Carta Abierta, cerró un acuerdo con el radical de derecha y filo-macrista Martín Marcos.

Los radicales, que tienen mayor representación, no creen que haya les llegado la hora de poner un rector propio. Hasta los cobistas más declarados piensan que es necesario un pacto con los K. Sin el apoyo del gobierno, la Asamblea Universitaria puede fracasar. Además, con un presupuesto menguado el apoyo del gobierno es clave. La UBA sólo puede sobrevivir a través de “partidas especiales” y de fondos no presupuestados. Ni qué hablar de las partidas de infraestructura, todas atadas a pactos bilaterales con De Vido.

Tomar la iniciativa

El adelantamiento de la elección de decanos y de la Asamblea plantea para el movimiento estudiantil la necesidad de lanzar una fuerte campaña política de denuncia o de la reivindicación de poner fin al régimen de camarillas.

El carácter capitalista de la política de las camarillas profesorales se manifiesta en el apoyo a la minería a cielo abierto y al pulpo La Alumbrera, a los negociados con la Anses, a los convenios con Grobocopatel, Aceitera General Deheza, Monsanto y cía. Bajo el gobierno de las camarillas avanza la mercantilización de la universidad y su tercerización del gran capital. Esta política, claro, no beneficia a la mayoría de la Universidad pero sí a la cúpula dirigente.

El movimiento estudiantil tiene el desafío de organizar una alternativa a este régimen podrido, mediante la unidad con las organizaciones de trabajadores y del pueblo en lucha. Tiene que preparar una verdadera asamblea, democrática, con la participación de las organizaciones populares.