El Rectorado de la UBA sacó una declaración en apoyo a la campaña internacional por la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos de Iguala.

Constituye en sí mismo una victoria, vale recordar que el Consejo Superior de la UBA ha evitado por todas las formas sentar posición sobre las problemáticas más urgentes de la juventud y los trabajadores. Desde nuestro rol como consejeros, logramos que la UBA se pronuncie políticamente y responsabilice al Estado mexicano por este crimen atroz.

Desde los consejeros estudiantiles de la UJS, fuimos a una ofensiva. Y, hasta último momento, la gestión de la universidad esquivó sentar posición. De hecho, en el momento de la presentación (dos semanas atrás), ninguno de los decanos ni consejeros emitió palabra a la propuesta que hicimos desde el bloque estudiantil. Al punto tal le esquivaron al bulto que el proyecto en una primera instancia fue girado a las comisiones con la clara intención de hacerlo desaparecer en un cajón.

El mutismo del Consejo Superior no es extraño. Es un organismo que sirve a los diferentes bloques (radicales, K, macristas y binneristas) para el desarrollo de los negociados en la universidad y para impulsar junto con el gobierno la política de ajuste.

Sin embargo, la campaña internacional, la campaña de la Fuba y la insistencia de los consejeros estudiantiles logró quebrar la posición de las autoridades y sumó a la universidad a la lucha.