Las medidas represivas del macrismo al interior de los colegios, imponiendo nuevamente el viejo régimen de amonestaciones, han mandado a mejor vida a los Consejos de Convivencia que, aunque sea formalmente, decidían hasta el momento las cuestiones referidas a la disciplina y a la relación entre los docentes y alumnos.

Por disposición del Gobierno de la Ciudad se han creado ahora nuevos consejos (de emergencia, de aula, etc.) que habilitan a tomar medidas sumarias contra los estudiantes, sin necesidad de convocar a los Consejos de Convivencia.

Desde su creación, los Consejos de Convivencia tuvieron una existencia errática. Como regla general, las autoridades evitaron convocarlos, sobre todo en aquellos colegios donde el movimiento estudiantil estaba organizado. Esto, porque el Consejo de Convivencia ofreció una tribuna de explicación y movilización para el movimiento estudiantil. Finalmente, los problemas disciplinarios son siempre el reflejo de realidades sociales que deben ser analizadas y no silenciadas.

La liquidación de hecho de los Consejos de Convivencia  pretende arrebatar una instancia de denuncia, organización y movilización. Forma parte de una política contra los centros de estudiantes y contra el derecho de los estudiantes a organizarse. No casualmente viene acompañado de las amenazas del gobierno contra los estudiantes que participan en las tomas de los colegios.

El movimiento estudiantil debe rechazar esta liquidación de los Consejos de Convivencia y toda la política represiva en curso.