La lucha del Buenos Aires se encuentra en un impasse. La agrupaciones que dirigen el Centro (Desde Bolívar y La Caravana, hegemonizadas por La Mella) convencieron a los estudiantes de levantar el bloqueo a la intervención del Consejo Superior a cambio de nada. Las nuevas autoridades designadas por Hallú se hicieron del control del colegio. Para octubre, se espera la elevación de una terna de candidatos para suceder a González Gass, tal como se había solicitado desde el Rectorado. Las condiciones de esa elección serían muy similares a las propuestas por el Consejo Superior. Los estudiantes quedarían en franca minoría. Se realizaría una ficción de votación en la cual, gracias a una ponderación antidemocrática, Hallú, Mas Vélez y los suyos colocarían a sus candidatos como emanados de la voluntad del colegio. Esa es la realidad.

Haciendo hincapié en las particularidades del “conflicto preuniversitario”, La Mella se negó sistemáticamente a impulsar la toma del Nacional, el que ni siquiera participó de las últimas movilizaciones en medio de una rebelión secundaria generalizada en la Capital. El Buenos Aires tampoco interviene como tal en las reuniones de la Coordinadora. Para ellos, la democratización es una experiencia aislada (“piloto”) que se puede desenvolver en los límites de un colegio. Una excusa para atentar contra la unidad de todo el movimiento estudiantil secundario en un momento en el que se ha empantanado la lucha del propio Buenos Aires.