Juventud

24/9/2009|1101

¡No en Nuestro Nombre!

La Asamblea de trabajadores no docentes de la Facultad de Ciencias Sociales rechaza la aceptación de los fondos de la Minera Bajo La Alumbrera.

El Consejo Superior de la UBA aprobó por resolución 6828/09 de fecha 26 de agosto la incorporación de fondos a la fuente de financiamiento 12 (recursos propios) provenientes de un “aporte” de más de 3 millones de pesos realizado por la empresa minera Bajo La Alumbrera a través de  Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD). Este reparto de dinero por parte de la minera no resulta un aporte desinteresado sino que tiene por finalidad la compra de la investigación científica al servicio de los intereses de la empresa y se ha extendido a todas las universidades nacionales. Diferentes facultades y miembros de las comunidades universitarias del país han rechazado esta política, así como también decenas de organizaciones ambientalistas. En medio de una lucha internacional que se desarrolla para eliminar la minería contaminante a cielo abierto, recurso que se utiliza en el 80% de los casos para la elaboración de piedras preciosas, las universidades gobernadas por verdaderas camarillas al servicio del lucro empresarial han decidido desoír la voz de miles de profesionales, docentes y trabajadores de todo el país.

Los trabajadores no sólo rechazamos esta entrega directa y discrecional de fondos por parte de la empresa sino que también rechazamos que se pretenda hacerlo en nombre nuestro. En medio de la sesión el secretario general de Apuba, Jorge Anró, tomó la palabra para expresar su apoyo a la aceptación de los fondos y para reclamar que parte de ellos se destinen al Instituto Facultar, una modalidad de privatización de la capacitación no docente a manos de la burocracia sindical. En Nuestro Nombre NO!!!, decimos los trabajadores no docentes. El financiamiento de nuestra capacitación debe provenir del presupuesto nacional y del financiamineto 11. Los impuestos a los grandes capitales deben ser extraídos por el Estado y debe ser el propio Estado el que impida la instalación de empresas contaminantes bajo el control y evaluación de la población, incluidos los investigadores universitarios públicos. El conocimiento en la UBA avanza cada vez más hacia su privatización, como ocurre desde hace años con los convenios con la empresa Monsanto, de probada trayectoria contaminante, a través del cancerígeno PCB  y de la creación de herbicidas que no sólo terminan con los yuyos sino con la vida de niños y trabajadores, entre otras invenciones del monopolio norteamericano, que han terminado con la vida de pueblos enteros.

No a la privatización de la UBA. No a la entrega del conocimiento a las manos del lucro empresarial.