Juventud

20/12/2012|1253

Nuestra política para el Congreso de la Fuba

La UJS planteó que el Congreso de la Federación debe realizarse una vez iniciadas las clases en 2013. Luego de un debate y una reflexión, revisamos nuestro voto en la Junta Representativa para realizarlo durante las fiestas. En primer lugar, hace a la tradición de la izquierda que los congresos de la Federación deben hacerse de cara a los estudiantes, no sólo para rendir cuentas de lo actuado sino también para impulsar el debate, la lucha y la movilización. Como señalamos en una declaración, no es un tema de calendario sino un objetivo preciso: impulsar la movilización del movimiento estudiantil contra el gobierno y su ajuste, y las camarillas universitarias y su intento de perpetuación en el poder. Además, debemos unir a los estudiantes junto a los trabajadores en lucha, y desarrollar una acción política y práctica demarcada de la oposición política tradicional, que representa intereses hostiles al pueblo. Dichos objetivos sólo son posibles mediante una deliberación masiva, algo que no puede hacerse en diciembre, con facultades vacías.


Balance de la Fuba y de su dirección En este punto, y como principal corriente dentro de la izquierda que está a la cabeza de la Fuba, somos críticos: destacamos que durante el último período ha estado muy por debajo de los desafíos que tiene el movimiento estudiantil. No jugó un papel de referencia sistemático, político y gremial. Preferimos ser severos y no complacientes, porque hay que huir como de la peste del espíritu conservador que no permite criticar para avanzar. El actual frente de conducción debe proceder a un debate y a una delimitación de posiciones. Ha primado la disgregación de la Federación y sus organismos. Para nuestros co-presidentes de La Mella, la lucha puede ser suplantada por la entrega de diplomas o plaquetas. Su deriva inmediata -la apropiación indebida del nombre de la Federación- es un síntoma de burocratismo inadmisible. La crisis de la conducción se expresa en la deformación extrema del método de la copresidencia. Se trata de un compromiso que nosotros no comenzamos y luego debimos mantener, para evitar que la negativa de todo un sector de la izquierda a reconocer nuestra mayoría relativa de delegados produjera una escisión que beneficiaría a la derecha. Sin embargo, ahora La Mella quiere transformarlo en su peor variante: una "tupacamarización". La "copresidencia" sería para La Mella la posibilidad de que "cada presidente" haga y deshaga en nombre de la Fuba, no sólo de manera inconsulta sino contradictoria y hasta opuesta. El compromiso -legítimo- no tuvo una evolución positiva y ha llegado a un límite.


Polémica La Mella rechazó cerradamente el planteo de asociar la elección de la dirección a una gran deliberación estudiantil. ¿Quieren acaso una Fuba que no enfrente la política del gobierno, en estrecha unidad con la clase obrera? Dice: "Ahora es el momento de derrotar a Franja Morada y los K", en un Congreso confinado a elección de autoridades y a la reiteración de una dirección confusionista. Queremos vencerlos, por supuesto, pero no solamente entre las cuatro paredes de un congreso sin contenido político. En un tercer texto, La Mella insiste en no fijar posición sobre nuestros planteos, y les da una interpretación "psicológica", al asociarlos a un supuesto "derrumbe político", a los triunfos de La Mella en las facultades humanísticas que, de todos modos, la deja debajo de la UJS. La capacidad para hacer números por parte de La Mella cesa en el momento de reconocer la mayoría numérica de la UJS: casi un 40% más de delegados. Mientras la UJS protagonizó frentes únicos con la izquierda para derrotar a la derecha, La Mella avanzó posiciones bajo el ala de los decanos "Carta Abierta". Para las facultades históricamente más activas, la conducción de La Mella fue un factor de desmovilización. Si la política únicamente va a ser "unitaria para enfrentar a Franja Morada y al rector", no estamos de acuerdo. ¿Y el gobierno? El Coneau, el presupuesto de educación, la ley de educación superior, son asuntos de lucha contra el gobierno -pagador serial de la deuda a los usureros y confiscador impositivo de salarios y jubilaciones. También son confusos respecto de la oposición tradicional. El antecedente inmediato es malo, pues en la Facultad de Psicología, por ejemplo, se aliaron a la derecha del FAP (Libres del Sur), que pregona a gritos un acuerdo con Prat Gay y la UCR de Franja Morada. Armaron un frente entre chavistas y ‘escuálidos', juntos contra la izquierda.


Desde dónde La Fuba puede darse el "lujo" de tener un debate a fondo y revolucionario sobre sus desafíos, límites, crisis y propósitos, porque ha atravesado una experiencia colosal. Tras su recuperación por parte de la izquierda fue protagonista de las luchas del movimiento piquetero, de la organización de los pasantes de Telefónica o de la batalla de los explotados de Mc Donald's. Su lugar fue la primera fila cuando los jóvenes trabajadores del Casino se rebelaron contra el desquicio patronal; más cerca en el tiempo, la Fuba estuvo a la cabeza de las movilizaciones del "estudiantazo". Es, finalmente, la Federación de Mariano Ferreyra, que desde el CBC de Avellaneda apoyaba a los tercerizados ferroviarios. Estas luchas del movimiento estudiantil, muchas de las cuales compartimos con nuestros aliados actuales, trazan un rumbo. ¿Podríamos no discutir tales perspectivas a la hora de determinar el plan de acción de la Fuba y la dirección que se compromete a concretarla?


El desafío La UJS, como principal corriente de la actual dirección, toma en sus manos la responsabilidad de impulsar un gran Congreso cuando se inicien las clases. En línea con lo señalado presentaremos nuestro balance y las propuestas de acción, de programa y de funcionamiento para hacer de la Fuba un instrumento de lucha política y gremial de los estudiantes, junto a la clase obrera, por una transformación social de la educación y del país. Una gran campaña de polémica, donde la lista resultante revolucione sus métodos -reuniones, declaraciones, plenarios- y sistematice los de la Fuba, nos coloca en mejores condiciones de derrotar políticamente al bloque saboteador. El deseo de "resolver" la elección en diciembre es un planteo conservador. No sólo debemos continuar una saludable tradición -la de los congresos abiertos, que mal que le pese al autobombo de La Mella la antecede por lejos-, sino dar un salto en calidad. Una lista que derrote a los enemigos del movimiento estudiantil sólo será positiva en este marco.