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La OES, una agrupación independiente que milita en los colegios de Caballito y Flores, cayó al Congreso con la posición de que los privados no debían participar con voz y voto en la Coordinadora. Esto porque, a diferencia de lo que ocurriría con las públicas, la lucha de las escuelas privadas no sería contra el Estado sino contra empresarios particulares. La postura le vino como anillo al dedo a los K, que se agarraron del debate para bloquear todo el desarrollo posterior del Congreso.

No compartimos la posición de la OES. La UJS defiende que la Cues impulse activamente la organización de los colegios privados, colaborando en la formación de los centros e incorporando a sus miles de estudiantes al movimiento secundario de la Capital. Muchos privados, como el Ilse, el Ecos o el Taller, ya participaron varias veces de nuestras movilizaciones en defensa de la educación pública.

Los reclamos particulares de estos colegios, como la baja de las cuotas, hay que apoyarlos y orientarlos también contra el Estado, que es el que finalmente tiene la responsabilidad de intervenir para garantizar el acceso a la educación. La libertad de organización estudiantil, la baja de las cuotas, la apertura y el control de las cuentas y la separación de la Iglesia son, entre otras, consignas transitorias para ayudar a madurar en los privados un movimiento por un sistema educativo único, laico y gratuito, financiado por el Estado y bajo el control de estudiantes y trabajadores.

Finalmente y mientras continúa el debate, el Congreso resolvió formar una comisión especial para integrar los colegios privados a la Cues y fomentar la organización de los centros.