Juventud

14/11/2013|1293

Observaciones para el congreso de la Fuba

La lucha de una década contra un estatuto gorila

La declaración de la UJS, publicada en Prensa Obrera, que impulsa la convocatoria del congreso de la Fuba, contiene algunas inexactitudes que tienen relevancia para la lucha planteada.


Punto de partida


La lucha por la democratización no surgió en 2006, tampoco fue en ese momento cuando la cuestión quedó planteada por primera vez.


En febrero de 2002, el entonces rector, Oscar Shuberoff (radical), había adelantado la convocatoria de la asamblea para elegir a su sucesor. La flamante conducción de la Fuba se dividió ante el planteo: nosotros propusimos el boicot, con el apoyo del Evet, Venceremos (Libres del Sur) y tibiamente el MST; el PCR apoyó la candidatura de Rozitchner y el TNT propuso a Kiciloff.


Cuando se realizó la asamblea, la izquierda boicotista lanzó huevos e irrumpió en el centro de la asamblea. La patota de Apuba golpeó por atrás a los estudiantes, con palos. Todo salió en vivo por la televisión. Shuberoff hizo una conferencia de prensa, donde fue increpado por los periodistas por movilizar matones ("hombres de negro"). Luego se reunió el Consejo Superior y 48 horas después se realizó una nueva asamblea con fuerte custodia policial, que eligió rector a Jaim Etcheverry.


Kiciloff sacó un solo voto, pero esto fue una demostración temprana del arribismo del bloque TNT-NBI (Recalde), etc., que luego se van a integrar con cargos en la gestión de Exactas. Los 'antipolíticos' de 2001 (Movimiento 501) evolucionaron a partir de 2004 al kirchnerismo y luego fundaron La Cámpora. A partir de esta irrupción, Hadad, Feinmann y Lage dedicaron varios programas a atacarnos, en tanto que otros -CQC, por ejemplo- presentaron los hechos con objetividad. Ese mismo año, 2002, se desarrolló en Sociología el movimiento por "las directas", que terminó en octubre con la ocupación del rectorado, que duró 70 días. Nosotros caracterizamos, entonces, una 'crisis de poder' en la UBA e impulsamos la democtización.


En 2003 se produjo un golpe de estado en Ingeniería para tumbar al decano que rechazaba la Coneau, que fracasó como consecuencia de la lucha de los estudiantes. Hubo importantes movilizaciones y tuvo el primer plebiscito de la Fuba por la democratización (en ese entonces, nosotros defendíamos la elección directa, que fue nuestra bandera en los '90). En 2004 se repitió el golpe en Ingeniería, lo cual reforzó el planteo de la democratización. Cuando llegamos a la conclusión de que esta ofensiva de la camarilla de profesores respondía a la orientación del Banco Mundial, viramos al planteo del cogobierno paritario de docentes y estudiantes.


La policía y la patota, el cuarto claustro


En el conflicto de 2006, el Consejo Superior se negó a llamar a la policía, a diferencia de lo ocurrido en marzo de 2002. Dentro del bloque de Alterini había algunos (Boveris, Franco) que rechazaban la intervención policial (lo menos que podían hacer en el marco de la autonomía universitaria), junto con el bloque de los cuatro decanos progres, luego devenidos K. Cuando, en la segunda asamblea, el rector del Nacional Buenos Aires, donde tenía lugar la misma, convocó a la policía, en la noche, en forma 'preventiva', el kirchnerista Anró habló delante de nosotros (que estábamos encolumnados frente a la policía, que custodiaba a una patota de Franja Morada) con Daniel Filmus (ministro de Educación), quien le pidió a Aníbal Fernández que retire la policía. La Franja, desesperada, le tiró botellas a la cana (ahí se inventó el cantito "Franja, boluda, te vas a ir volando como De la Rúa"). Cuando, tiempo después, el rectorado apeló a la patota de Apuba, en Medicina, la movilización de respuesta obligó a Alterini a declinar su candidatura para rector.


El vacío político creado por el retiro de la candidatura de Alternini dio lugar a la tentativa de cooptación impulsada por el decano Bussi (que acompañaron el PCR, Ogando y Praxis -luego La Mella) que fue rechazada a instancia de nosotros. El desenlace a la crisis lo aportó el 'pacto de Olivos' de la UBA entre Hallú y el 'progre' Sorin, que tuvo por programa la aceptación de las ‘reformas’ de la Coneau. A partir de este cierre de filas político entre las camarillas, el gobierno K puso a la policía para acordonar el Congreso Nacional, el refugio que eligen para sesionar, con la complicidad de la Justicia. El gobierno arbitró este acuerdo entre camarillas, que será refrendado cuando la gran mayoría de los decanos decidió firmar las solicitadas electorales de apoyo a los K.


La camarilla 'terceriza' el gobierno universitario


Jaim Etcheverry (2002-2006) nominó gerentes ejecutivos (CEO, en inglés) para los principales cargos de la UBA. Solicitó al PEN (Duhalde) la asignación de Administradores Gubernamentales (cuadros formados en una escuela de cuadros interna del Estado) para 'despolitizar' la gestión de la UBA. Al entregar el gobierno de la UBA a tecnócratas privatizadores, la camarilla profesoral confesó que ha liquidado la autonomía universitaria y que ella no tiene la capacidad que alega para monopolizar el gobierno universitario. Quienes más sufrieron las consecuencias de esta tercerización gerencial de la UBA fueron los no docentes. Barbieri, el decano de Económicas, que se postula para rector, es un 'especialista' en gerenciamiento de salud. La gestión de Etcheverry terminó en un completo aislamiento. Triunfó el llamado 'retornismo' de la mano de los K, con el concurso de Kirchner y Scioli -quien habilita el espacio del Congreso Nacional para la asamblea fraudulenta, en su calidad de presidente del Senado. Los 'consejeros' votan a Mas Velez para la secretaría general, Giusti para Hacienda y Oscar García para Extensión (los mismos cargos para los mismos personajes del rectorado de Shuberoff).


El estatuto gorila de los 'progres' y K


El gobierno tripartito de la Reforma de 1918 tuvo un carácter paritario hasta el gobierno de Alvear (1922-1928). El actual cogobierno surge de un decreto ley de Aramburu-Rojas-Alsogaray, dictado en 1956. El estatuto del presidente Arturo Frondizi (1958-1962), que da el punto de partida a la privatización de la enseñanza, ratifica el decreto de la 'fusiladora'. La camarilla de los K gobierna con los métodos establecidos por el gorilismo puro y duro.