En la facultad de Psicología se presentó un frente de características delincuenciales. Se unieron en una lista común los K de Libres del Sur y los sojeros del MST. En esa misma semana, los diputados de Libres del Sur votaban en el Congreso la ley de medios del kirchnerismo, y Vilma Ripoll denunciaba que eran funcionales al gobierno nacional.

Este frente sin principios de sojeros y kirchneristas tenía el solo objetivo de derrotar al frente EPA (UJS-PO y El Brote), actual dirección del Centro de Estudiantes. Los pichones de la Sociedad Rural y De Vido inundaron la facultad con decenas y decenas de militantes, traídos de todos los rincones de la Capital, el Gran Buenos Aires y hasta de provincias del interior, especialmente para la faena. El tenor de sus discursos rayaba el absurdo. Por ejemplo, culpaban al Centro por diversos problemas que tiene la facultad, que son responsabilidad del gobierno que integra Libres del Sur.

Ante un desembarco tan podrido, la militancia de la UJS y de El Brote respondió en forma extraordinaria. Sin ninguna especulación salimos a denunciar el cambalache de nuestros improvisados adversarios. Planteamos que Libres del Sur (con mucho mayor peso que el ya casi extinto MST) no era otra cosa que una correa de transmisión del gobierno nacional. Ante nuestra denuncia replicaron que ellos eran de Pino Solanas y Sabattella (un confeso kirchnerista). El MST, que acaba de perder a su principal dirigente juvenil (Agustín Vanella) a manos de Proyecto Sur, saludaba el volante e instaba a que lo repartieran masivamente. Pero eso tampoco les dio resultado. Los estudiantes le dieron el triunfo al EPA por amplio margen, tanto en el Centro de Estudiantes como en el Consejo Directivo.