Juventud

22/9/2017

¡Secundarios, carajo!

Gran marcha a las carteras educativas de Nación y Capital, con la presencia de gremios docentes y centros universitarios. El estudiantazo contra la reforma antieducativa, que responde a una orientación estratégica de los capitalistas, sigue su curso.

@tomaseps


Como muestra la gran movilización realizada hoy por numerosos centros de estudiantes secundarios, la Federación Universitaria de Buenos Aires (Fuba) y Ademys (que realizó un paro hoy contra la reforma), del Ministerio de Educación al porteño, a un mes de iniciadas las tomas la lucha contra la reforma antieducativa del macrismo continúa con fuerza y va para adelante.


 


29 colegios se encuentran tomados –algunos desde los gérmenes de este estudiantazo– y, como señaló Tatiana (del Nacional Buenos Aires) a Prensa Obrera, “nos preparamos para una nueva semana de lucha, con cortes de calle y otras medidas. Está planteado que sigan las tomas”. En estos días, colegios como el Normal 7 se sumaron a esta modalidad de lucha, mientras que otros como el Mastrazzi debatían en esta dirección.


 



 


La lucha de los estudiantes se vuelve de interés para el conjunto de la población trabajadora, en la medida que la reforma antieducativa que combaten forma parte de una ofensiva de conjunto del gobierno contra los trabajadores. La “Secundaria del Futuro” transforma el quinto año actual en un ciclo de formación de “emprendedores” (trabajadores tercerizados) y de pasantías gratuitas y sin valor formativo en empresas –presionando así a la baja al conjunto de los salarios– y ataca las condiciones de trabajo de la docencia.


 



 


“Diálogo”


 


El gobierno porteño dice que está abierto al diálogo con los estudiantes, pero trabaja sobre la reforma como un hecho consumado y recibió por primera vez a los referentes de los colegios tomados recién en el día de ayer, en una reunión en la que se negó incluso a dar una prórroga de un año para la implementación de la reforma; y cuando viene de reiteradas incursiones policiales a los colegios a lo largo del año.


 


Mención aparte merece la persecución judicial del gobierno contra los jóvenes en lucha. Días atrás el Ministerio de Educación reflotó desde una casilla oficial un instructivo que instaba a los directivos a concurrir a las comisarías en caso de tomas. Acuña negó el hecho ante la Justicia, pero Prensa Obrera pudo constatar tanto el envío de él como que el número de contacto consignado en el mismo pertenece a un letrado encargado de “elaborar un registro de las escuelas que están tomando”.


 



 


En este cuadro, el intento de criminalización contra los estudiantes que apelan a este histórico método de lucha sigue su curso: ya han habido denuncias por “usurpación” a quienes tomen, y desde los medios oficialistas incluso se advierte (amenaza) con la imputación de delitos graves: en Clarín una de las denunciantes señaló que “lo primero que nos advirtió [el fiscal] es acerca de las consecuencias que puede tener esta acción para los chicos que ya son mayores de 16 años, porque la nueva legislación les da más derecho pero también más obligaciones“ (21/9). La Nación (22/9) completa la faena con un nuevo editorial que dice que "la barbarie se ha apoderado de unos 25 colegios porteños". Barbarie es desaparecer a Maldonado, decimos nosotros.


 



 


¿Recalculando?


 


El empuje de las bases estudiantiles ha llevado a las agrupaciones kirchneristas y filokirchneristas, en la conducción de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), a presentarse como defensores de las tomas, pese a que su orientación es el levantamiento de las mismas, como lo expresaron en la reunión de la CEB del sábado 16 y como lo desarrollan en colegios donde dirigen los centros –en el Nacional Buenos Aires, el vaciamiento de la toma por parte de estos sectores llevó a su levantamiento.


 


En su ataque a la lucha estudiantil, el macrismo se jacta de que “muchos de los cambios que introduce esta reforma, como las prácticas laborales, ‘vienen de una ley nacional que impulsó’ el anterior gobierno” (La Nación, 22/9). Efectivamente, esta reforma comparte los lineamientos de la Ley de Educación Nacional de Filmus, de la que también mamaba la reforma macrista del 2014, la llamada “Nueva Escuela Secundaria de Calidad”, que reventó decenas de orientaciones específicas. El asunto explica por qué la burocracia K de UTE-Ctera y el kirchnerismo estudiantil entregaron en su oportunidad la gran lucha contra la NESC, y ahora se limitan a pedir una “participación” en la nueva reforma –no a tirar abajo la avanzada antieducativa.


 



 


La pelea de los secundarios se coloca contra una orientación común a los sucesivos partidos de gobierno, diseñada en beneficio del capital, lo que explica el enconado ataque que recibe la lucha por parte de los medios de la burguesía.


 



 


Pero los pibes se plantan y dan escuela de lucha.