Juventud

5/7/2017

Secundarios: crecen la deliberación y la movilización desde abajo

El movimiento estudiantil busca superar la parálisis de la conducción kirchnerista de la CEB.


El viernes 30 de junio los secundarios de la capital protagonizaron una importante movilización desde el Ministerio de Educación nacional al de la Ciudad.


 


Marcharon en el marco de una enorme crisis educativa. A diez años de gobierno PRO en la ciudad, 50 colegios permanecen sin calefacción en pleno invierno y se multiplican las denuncias de techos rotos y baños inutilizados. La Nueva Escuela Secundaria de Calidad (NESC), aplicada por Macri junto al kirchnerismo y Lousteau, recortó mas de 100 orientaciones y su aplicación está dejando a docentes sin trabajo por la pérdida de materias fundamentales, como Historia, en los últimos años. Y, por último, los estudiantes se encuentran en estado de alerta ya que cada vez son mas las compañeras que denuncian la inacción de las autoridades frente a las redes de trata que actúan en la zona de sus colegios y se han movilizado a las comisarías de sus barrios para denunciar las zonas liberadas y reclamar la aparición de estudiantes desaparecidas.


 


La movilización fue la primera convocada por la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) en lo que va del 2017. Un hecho llamativo si tenemos en cuenta la enorme lucha que impulsó la docencia de Capital y Buenos Aires. Ocurre que la dirección de la CEB (Nuevo Encuentro, Lobo Suelto-Patria Grande, La Emergente, UES-Evita, todas agrupaciones kirchneristas) se limitó a acompañar las acciones de la celeste de UTE, rechazando cualquier medida de lucha junto a los docentes, como la marcha de antorchas convocada por ADEMYS. Tardíamente, el 10 junio, la CEB convocó a un "congreso secundario para organizar la lucha" que terminó siendo una acción burocrática. Se le negó la palabra a los secundarios de la UJS y no se resolvió ninguna medida de lucha concreta, sólo el apoyo al proyecto de ley del FpV que "regula" el ingreso de la policía en los colegios.


 


El viernes, en la movilización, la dirección de la CEB pretendió continuar esta política de adaptación al macrismo. Una vez que los casi mil secundarios llegaron al ministerio, sin pedir ser recibidos por la ministra o entregar un pliego de reivindicaciones, se dispusieron a leer, en nombre del conjunto del movimiento estudiantil, un comunicado que reivindicaba al gobierno anterior y no planteaba ninguna continuidad a la lucha. Esta maniobra fue desbaratada por un estudiante del Lola Mora, que tomó el megáfono para pedir por la aparición de Nadia Rojas y por las compañeras de la UJS, que mocionaron transformar esa movilización en una gran asamblea para discutir cómo seguir. Dicha propuesta fue votada a favor y frente a esto la dirección kirchnerista de la CEB se retiró de las puertas del ministerio, con la bandera de la coordinadora y una parte de los estudiantes movilizados, que no comprendían bien el por qué de la rápida retirada.


 


Esta crisis en la coordinadora no es nueva. Se expresa en los colegios que ya no se sienten representados en la CEB y han dejado de ir a las reuniones de los sábados. Se expresa también en las coordinadoras zonales, como la Coordinadora de Estudiantes del Oeste (CEO) y la Coordinadora de Estudiantes del Norte (CEN), o incluso en la nueva coordinadora que se está tratando, la Movimiento de Estudiantes Unidos (MEU).


 


El plenario de la UJS que se realizó luego de la movilización con estudiantes de más de 10 colegios de la capital votó realizar un empadronamiento colegio por colegio para relevar todos los problemas y convocar a una nueva movilización el jueves 13 de julio. Para que la ministra Acuña reciba a los secundarios y dé una solución concreta a todos sus reclamos. El frente único por las necesidades de cada colegio es la clave para darle profundidad y fuerza al proceso de organización que se está gestando en los colegios.