Juventud

4/7/2013|1275

Sigue la lucha contra los despidos, también en el Consejo Superior

"El Estatuto de la UBA se opone a la estabilidad laboral"

La frase que titula esta nota fue dicha por el decano Golluscio, de la Facultad de Agronomía. Con honestidad brutal, vino a defender la "carta magna" universitaria -no los derechos laborales- en respuesta a los considerandos del proyecto que los consejeros de la UJS en el Superior presentamos junto a la AGD, para garantizar la continuidad en sus puestos de aquellos docentes sobre los que pesa la amenaza de cesantía.


La última "prórroga" concluye en julio, o sea que es necesaria una nueva resolución para que cientos de docentes no queden en la calle. Frente a nuestro reclamo, las autoridades hicieron fila para defender la precariedad laboral reinante en la UBA, bajo los eufemismos de la "excelencia" y el "compromiso con la educación pública sin esperar algo a cambio" (sic).


En criollo, "la carrera docente, con estabilidad y derechos que ustedes reclaman, se contrapone con el estatuto, que prevé los concursos. Quien es mejor se queda, y el que es peor se va. Si quieren hacer carrera, dedíquense a trabajar en un banco u oficina". De este modo, las camarillas que gestionan la UBA tuvieron un rapto simultáneo de sinceridad e impostura. Sinceridad, porque clarificaron que el marco legal que asegura una forma de gobierno de unos pocos, tiene un contenido reaccionario -por eso el movimiento estudiantil y docente rechaza este estatuto y lucha por la democratización. Impostura, porque las camarillas ni siquiera cumplen el estatuto y los preceptos que dicen proteger; los concursos, por caso, no se sustancian bajo su entera responsabilidad. Así, el "edificio" docente de la UBA tiene como pilar principal la precariedad: interinos, salario inferior al cargo, y hasta sin salario ("ad honorem").


En la sesión plenaria del Consejo Superior, el rector Hallú se preguntó "por qué no se hacen los concursos", cual mero espectador; peor todavía, él y su claque cargaron contra los docentes interinos, ¡como si fuera responsabilidad del trabajador y no del patrón desempeñarse en forma precaria! Otro debate clarificador giró en torno de la autonomía universitaria.


En efecto, las autoridades "denunciaron" que la Fuba y la AGD proponían "violar" la autonomía con su reclamo de cumplimiento de la ley que establece el derecho a opción de continuidad para los docentes de entre 65 y 70 años, o sea que la defendemos "cuando nos conviene". Contestamos que la autonomía es una conquista para defender a la universidad de los ataques del Estado capitalista, no un principio abstracto.


La versión de "autonomía" que estas camarillas promueven es reaccionaria: la invocan para cesantear docentes mayores de 65 años, y la pisotean si se trata de modificar planes de estudio para incrementar el negocio de posgrados (Coneau). Respecto del proyecto en cuestión, el rectorado reivindicó lo actuado, y afirmó que "están gestionando con cada facultad las continuidades de docentes". Tratan, una vez más, de ajustar a cuentagotas.


Sin embargo, su plan de despidos masivos fracasó por la respuesta docente; la lucha continúa. Insistiremos, movilizándonos junto a la AGD, por la prórroga para todos hasta marzo del año próximo.


Esta pelea desnuda, nuevamente, a uno de los "rejuntes" por excelencia que la Presidenta omitió mencionar: el del gobierno de la UBA, repartido entre kirchneristas, radicales, macristas y binneristas.