Juventud

28/10/2010|1152

UBA: las conclusiones que arroja la primera tanda de elecciones universitarias

El triunfo obtenido en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, una de las tres facultades más importantes del país, por la lista El Frente, encabezada por la UJS-PO, representa un salto cualitativo en el desarrollo político de los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires y en el resto del movimiento estudiantil. Un par de semanas antes, la agrupación Antídoto (UJS-PO) se imponía también en la Facultad de Farmacia y Bioquímica, con un arrollador 45% de los votos, desplazando a la Franja Morada del Centro de Estudiantes y dejando a la lista K en un lejanísimo tercer lugar.

Estamos, por lo tanto, frente a una tendencia y no frente a un hecho circunscripto. Esta tendencia se había expresado, recientemente, en la rebelión de los estudiantes secundarios y universitarios. Desde estas páginas, tanto insistimos una y otra vez que estaban equivocados quienes reducían el “estudiantazo” a una lucha reivindicativa de corto vuelo (tesis de la izquierda fundida) como aquéllos que sostenían que no era más que una instrumentación de la izquierda (tesis K).

Nuestra caracterización era otra: que estábamos asistiendo a un proceso político en el movimiento de la juventud, cuyo elemento dinámico era la ruptura con los partidos que representan al capital -incluso con las variantes centroizquierdistas- y la emergencia de un movimiento independiente, con la potencialidad de asimilar planteos revolucionarios. Con esta caracterización bajo el brazo, nos propusimos llevar ese estudiantazo a las urnas. Los triunfos obtenidos dan cuenta del error de los que veían conspiraciones minoritarias por todos lados. Ahora, en Página/12 (ver edición del 26/10), el máximo dirigente de la agrupación derrotada de Medicina (QRS), que supo ser secretario general de la facultad, declara “que el crecimiento del PO en los últimos diez años en la UBA, materializado en la presidencia de la Fuba y en una mayor inserción en los centros de estudiantes, incluso de los colegios secundarios, responde a fenómenos sociales complejos. Además de sumar nuevos militantes, la gente que antes no se animaba a votarlos, ahora los está eligiendo”.

No es cierto que si los K pierden la derecha se fortalece

Las urnas han reducido al kirchnerismo a una posición marginal. En Medicina, por ejemplo, las dos fuerzas que se reclaman abiertamente K hicieron verdaderos papelones. Una superó apenas el 5% y la otra, denominada “6, 7 y 8”, no llegó ni al 2%. En Farmacia y Bioquímica habían quedado terceros entre tres; en Ciencias Económicas, la lista “La Quinquenal” (La Cámpora) tampoco llegó al 2%; en Derecho, la lista “NBI”, que responde directamente a Recalde (h), que se hizo kirchnerista, se fue a pique. Pero sería injusto recargar las tintas sobre los jóvenes funcionarios de La Cámpora: la propia Presidenta salió a atacar al PO. Nos acusó de “esquizofrénicos” porque reclamamos que se vaya la Policía del Ministerio de Educación el día que nos movilizamos para exigir el edificio de Ciencias Sociales y luego denunciamos una zona liberada de la Federal para que la patota de Pedraza ataque brutalmente a nuestros compañeros en Barracas.

El kirchnerismo se convierte en “fuerza marginal” en momentos de un fuerte retroceso de la Franja Morada. Finalmente, en Farmacia y Bioquímica, Franja fue derrotada, mientras que en Medicina, además de la derrota electoral, sufrió una fractura política. En otras facultades, como Veterinaria, la Franja -que contó con un apoyo abusivo e indisimulado de la gestión- fue superada por la UJS-PO en 70 a 30%. En Odontología, nuestra lista creció y Franja retrocedió, aunque haya mantenido la dirección del Centro. La incapacidad del kirchnerismo de canalizar este retroceso de la Franja Morada habla a la claras del carácter conservador de los K; no se puede dirigir a la juventud desde un ministerio. En la universidad retroceden los dos bloques patronales que quieren polarizar la situación política del país.

Las políticas de la izquierda

Las agrupaciones de izquierda han abordado esta nueva situación con políticas bien distintas. Los que durante el estudiantazo buscaron en todo momento levantar las ocupaciones recomendando “prudencia” a los estudiantes, en las elecciones realizadas hasta el momento se han dado la tarea de bloquear la posibilidad de que los estudiantes votaran expresiones políticas delimitadas. Los autodenominados grupos “independientes”, con La Mella a la cabeza, en Medicina se negaron a un frente con distintas excusas: la primera, que “no se podía ganar” (!); luego con pretensiones absurdas en materia de candidaturas (sacaron un cuarto de nuestros votos y pedían paridad de cargos, o sea que no querían un frente), para distorsionar la expresión política de la lista; por último, al negarse a retirar sus listas sin posibilidades y asegurar la lista de izquierda con mayores expectativas.

En el fondo, más allá de las miserias de aparato que caracterizan a estos grupos, lo que está en juego es la estructuración de una política independiente de la juventud en oposición al nacionalismo burgués. Los grupos “independientes” no sólo carecen de una delimitación estratégica con el nacionalismo, sino que reivindican gran parte de su política. Socialmente, no pueden ver más allá del capitalismo, y políticamente, están enredados en el Estado burgués. Esto los convierte en un factor de freno y de bloqueo político para la masa que evoluciona políticamente.

Barrer a la Franja y a los K

Las elecciones que quedan por delante serán el escenario de lucha entre las tendencias políticas patronales, la izquierda democratizante y quienes nos esforzamos por llevar hasta el final el proceso abierto por el estudiantazo. La política de la UJS-PO, la única corriente presente en la totalidad de las facultades, está inspirada en las conclusiones arriba señaladas. Estas nos llevan a estructurar, a partir de un análisis concreto en cada caso, la forma más adecuada para que esta tendencia pueda transitar el canal más adecuado para su desarrollo. Es así que en algunas facultades priorizaremos un frente con otras tendencias para potenciar la lucha que nos permita derrotar a la Franja y los K; en otras, para asegurar un Centro independiente contra los grupos “independientes” que asumen posiciones conservadoras y de freno; o con nuestras propias listas, asumiendo la responsabilidad exclusiva de la lucha política.

Mariano Ferreyra, ¡Presente!