Junto a las elecciones estudiantiles se han realizado también las del claustro de profesores en una gran parte de las facultades. Mientras en las primeras votaron unos 200.000 estudiantes, en las de profesores terminarán votando aproximadamente unos 2.000; es decir, el 1%. Sin embargo, ese 1% elige una representación que es el doble que la estudiantil.

Este voto calificado en favor del claustro de profesores no habilita a afirmar, como hacen muchos grupos de izquierda, que estamos frente a un régimen de tipo feudal. Las camarillas profesorales son una correa de transmisión directa de los intereses capitalistas en todos los terrenos. Su objetivo es subordinar la universidad al gran capital. En esa medida las camarillas obtienen sus enormes privilegios.

Por eso la lucha contra este régimen no puede hacerse sólo con la consigna de la “democratización”. Es necesario, por sobre todo, establecer la base social concreta de estas camarillas, para lo cual hay que formular un programa integral de reorganización social de la universidad y de la educación sobre nuevas bases, en conexión directa con una reorganización social del país a partir de los intereses de la clase obrera.