Políticas

25/1/2007|979

Corrupción


Una extensa red de pulpos vive de mamar incansablemente la teta del Estado y hace sus negocios y negociados con la camarilla kirchnerista, manejado todo eso por el “cajero oficial” del gobierno, Julio De Vido.


 


“Durante 2006, muchas partidas fueron reasignadas para destinarlas al otorgamiento de subsidios. La semana pasada, por ejemplo, el ministro de Planificación, Julio De Vido, sumó a su cartera una asignación presupuestaria de 1.172 millones de pesos, de los cuales 432,1 millones son para subsidiar el sistema de transporte y 554,73 millones para la generación eléctrica” (Perfil, 14/1).


 


En definitiva, los subsidios que entrega anualmente el gobierno a sus empresas “amigas” oscilan entre 13 y 15 mil millones de pesos. Esa sangría en perjuicio de los dineros del pueblo se ve facilitada porque el Parlamento decidió permitir al Ejecutivo reasignar a su antojo las partidas de la Ley de Presupuesto. Incluso, en el Presupuesto 2007 enviado por Kirchner al Congreso, se prevé un crecimiento de la economía apenas superior al 4 por ciento, cuando todos los cálculos estiman que rondará el 7,5 por ciento. El crecimiento de la economía y el superávit fiscal son subvaluados para manejar el sobrante a gusto y piachere.


 


El negocio de la timba


 


Entre esos “amigos” del gobierno está en primera fila Casino Club, dirigida por el santacruceño Cristóbal López, a punto de asociarse con la española Cirsa para ingresar en las timbas flotantes de Puerto Madero. Entretanto, López ya compró Tecno Acción, proveedora de sistemas integrados de captura y procesamiento de apuestas.


 


“Casualmente, entre los clientes de Tecno Acción figuran varias provincias del sur, como Santa Cruz, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego” (El Cronista, 16/1). López también maneja la concesión de tragamonedas en el hipódromo de Palermo.


 


El mercado argentino de loterías, casinos incluidos, mueve actualmente 3.700 millones de dólares anualmente, de los cuales sólo 1.200 millones corresponden a juegos numéricos. De ahí que los pulpos de la timba tengan expectativas en penetrar en ese mercado y ampliarlo mediante la introducción de juegos nuevos, como las apuestas deportivas, según el modelo norteamericano.


 


Un dato adicional, especialmente interesante: Cristóbal López también es dueño de la petrolera Oil M&S, de la aceitera Olivares del Sol y de Clear, dedicada al negocio inmobiliario y a la recolección de residuos.


 


Hacete amigo del juez.


 


Al señor López no le va mal


 


Los negocios de Cristóbal López no empiezan ni terminan en el escolazo.


 


“Un grupo de petroleras nacionales con buena llegada al gobierno picaron en punta en la licitación para adjudicar áreas de exploración que organiza Santa Cruz. Ese lote, compuesto por firmas poco conocidas en el segmento como Epsur, Estrella Servicios Petroleros, Misahar e Inwell, lideradas por Oil M&S, la compañía del empresario Cristóbal López, hizo la mayor cantidad de ofertas para quedarse con las 15 concesiones que la provincia de Néstor Kirchner lanzó al ruedo a finales de 2006” (El Cronista, 15/1).


 


“Fuentes del mercado (petrolero) vinculan a Misahar y a Epsur con el empresario santacruceño Lázaro Báez. También asocian a Inwell con Enrique Eskenazi, dueño de los bancos de Santa Cruz, San Juan, Entre Ríos y Santa Fe, y de la constructora Petersen, que entre otras cosas participó en la puja por la láctea SanCor” (ídem anterior).


 


Los “dueños” de la Terminal de Retiro


 


El contrato de la empresa Teba SA, que explota la concesión de la Terminal de Retiro, venció en 2005. Ahora el gobierno se lo renovó hasta 2015 con un regalo navideño: le bajó el canon de los anteriores 400 mil pesos mensuales a sólo 100 mil.


 


De paso, la Casa Rosada le hace por esa vía una trastada a Jorge Telerman, quien había instruido a su Ministerio de Obras Públicas para trabajar en un proyecto de descentralización de la terminal de micros. El Gobierno de la Ciudad se proponía, mediante otro buen negociado inmobiliario, construir terminales nuevas en Liniers, Barracas y Núñez. Pero el gobierno nacional decidió que la Terminal está bajo su propia jurisdicción y dispuso que Telerman mantenga sus narices lejos de ahí.


 


Teba es propiedad de Néstor Emilio Otero, quien se quedó con la concesión de Retiro a mediados de la década de 1990 gracias a sus excelentes contactos con la administración menemista. Después, Otero se hizo kirchnerista “de la primera hora” y no sólo ha conseguido la prórroga del contrato en Retiro. Además, expande sus negocios, ya que hace poco se adjudicó el contrato para construir la nueva terminal “multimodal” (micros y trenes) en Mar del Plata. Y están por aprobarle otro proyecto parecido en La Plata.


 


A Otero no le falta prontuario.


 


“Largamente investigado por la AFIP, el empresario estuvo incluso detenido por orden del juez en lo Penal y Económico Marcelo Aguinsky, quien recibió una denuncia del organismo recaudador por supuesta adulteración de datos en sus declaraciones juradas” (Clarín, 11/1).


 


Kirchner tiene su mayor debilidad en donde radica su principal fortaleza: la corrupción empieza a transformarlo en un gobierno de camarilla, compuesta por una poderosa red empresarial que vive de los subsidios, los favores y los negociados del Estado. Se ha constituido una “patria contratista” o “patria subsidiada” de magnitud similar a la que talló fuerte en tiempos de Martínez de Hoz.


 


En cuanto al resto de la clase dominante, puede patalear por esto todo lo que quiera pero, mientras tanto, embolsa plata en pala gracias a una “reactivación” pagada por los trabajadores, por el asalto a mano armada al salario y a los ahorristas. Seguramente no quieren a Kirchner como no quisieron a Alfonsín, no confían en él y se disgustan cuando el Estado, coercitivamente, transfiere fondos de un sector a otro, el de sus amigos. Pero no tienen una alternativa mejor, ni siquiera en Macri y compañía, una derecha repudiada e incapaz de garantizar nada.