Políticas

13/6/1996|498

Impuestazo

Según la Auditoría General de la Nación, la deuda de la actual Capital Federal asciende a 3.217 millones de pesos.


Si se le agregan las deudas contraídas por el reciente ‘plan de repavimentación’ de Domínguez y el monto de los juicios contra el Estado porteño, por 1.184 millones de pesos, la deuda treparía a 5.000 millones de pesos.


O sea, 1.700 pesos por cada uno de los habitantes de la capital.


¿Cómo pretenden pagar esta deuda monstruosa menemista los ‘cuatro mosqueteros’ que se disputan el botín del distrito?


¿Atacando los contratos usureros firmados con los Macri, los Roggio o los Techint? No. Con un impuestazo.


Rodríguez Giavarini, el Cavallo de De la Rúa, ya anunció, textualmente, la aplicación de “alícuotas progresivas” (de impuestos) “o el revalúo de la propiedad” (La Nación, 2/6).


El concejal Raúl Fernández, “hombre de confianza de La Porta”, según La Nación, no fue menos claro: “readecuar las valuaciones fiscales de los inmuebles en función de los cambios que ha sufrido la ciudad”.


Un revalúo que acerque el valor fiscal de las viviendas al actual valor de mercado, significaría un aumento mínimo del 300 por ciento.


Tambien Béliz le anunció a La Nación “un revalúo caso por caso”, es decir, un revalúo general.


Domínguez pretende ir más lejos todavía, porque además del revalúo que intentó aplicar como intendente, ahora impulsa una renegociación de contratos ferroviarios, que será financiada por un aumento en el patentamiento de automóviles (70%) y por un aumento en las tarifas del transporte (el otro 30%). Esto se puede leer en las ediciones de El Cronista del 28/5 y 6/6.


Votar a Intendente, en estos casos, significará cambiar a un verdugo ‘de facto’ por un verdugo ‘electo’. El sufragio servirá, nuevamente, para dotar de mayor ‘autoridad’ al encargado de seguir confiscando el escaso dinero del pueblo.


El FUT-Partido Obrero propone:


Suspender el pago de la deuda usuraria hasta su completa investigación. No permitamos que la Capital se convierta en un gigantesco IBM-Banco Nación.


Establecer un impuesto extraordinario a las grandes propiedades y fortunas de los ricachones.


Restablecer el 82% móvil para los jubilados y triplicar los presupuestos de salud y de educación.


No es la primera vez que el FUT-Partido Obrero advierte a tiempo acerca de las verdaderas intenciones de los políticos capitalistas.