Israel
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Prensa Obrera N° 967, del 12 de octubre de 2006, publica una carta del lector Fernando Campos, titulada "¿Tiene derecho a existir el Estado de Israel?".
Yo voy a tratar de responder a esta pregunta y a otras que también deberían ser preguntas en vez de afirmaciones, siguiendo el orden de la carta.
1) ¡Sí! El Estado de Israel tiene el mismo derecho a existir que todos los demás Estados del mundo.
2) La mesa redonda sobre "Sionismo y antisemitismo. El conflicto palestino y la guerra contra el Líbano" que se realizó el 29/9 en la Facultad de Filosofía y Letras, fue organizada por la vicepresidencia del Cefyl, coordinada por la UJS-Partido Obrero.
3) No hubo coincidencia del panel con respecto a la "patraña" antisemita, porque el profesor Méndez reconoció que existe antisemitismo en la Argentina y Laura Ginsberg también se refirió al tema.
4) El asistente que planteó "el derecho a la existencia del Estado de Israel" no expresó su apoyo al llamado "plato fuerte del encuentro", como llama Fernando a la respuesta del profesor Rieznik. Porque lo que hizo el profesor Rieznik fue un eufemismo, al enmarcar al Estado de Israel dentro del proceso de extinción de todo Estado, como lo manifiesta Lenin en "El Estado y la Revolución". Pero yo mismo escuché decir a un importante dirigente del PO, en una reunión, que el Estado de Israel debe desaparecer porque mientras exista el Estado de Israel, no habrá paz en Medio Oriente.
5) El Estado de Israel no fue producto de "la articulación de los intereses de las potencias imperialistas democráticas en Medio Oriente tras la Segunda Guerra Mundial", sino que fueron los que se opusieron a su creación. Quien propuso la creación del actual Estado de Israel en las Naciones Unidas fue el representante de la Unión Soviética, en el año 1947, que tomó de sorpresa a las potencias imperialistas, pero que finalmente se vieron forzadas a aceptarlo.
6) El sionismo no es responsable ni tiene injerencia en las decisiones políticas o militares del gobierno israelí. Sus funciones fueron, primero, las de crear el Estado, y luego las de poblarlo. Adjudicar al sionismo la responsabilidad de las decisiones del gobierno de Israel, aunque muy divulgada por intereses políticos, representa un desconocimiento de la historia universal, además de producir una enorme confusión.
