El martes 11 de junio se conocerá la sentencia en el juicio que enfrenta Mariana Gómez, la joven de 26 años que fue detenida violentamente por la Policía de la Ciudad en la estación Constitución en 2017 y acusada de desacato a la autoridad y lesiones graves.

Mariana Gómez estaba en la estación despidiéndose de su pareja, Rocío Girat, cuando un empleado de Metrovías primero y un policía de la Ciudad después, la intimaron a apagar su cigarrillo, a pesar que otras tantas personas fumaban alrededor. Le gritaron “Pibe! Apagalo!” y ante la respuesta de Mariana, que dijo que terminaba el cigarrillo y se iba, el policía Jonathan Rojo junto con otra policía mujer le pusieron las manos en el pecho, la tiraron al piso y la tuvieron esposada tres horas y media. Luego, se la llevaron detenida y la revisaron completamente desnuda en la pequeña comisaría que está en la Estación Boedo de la línea E del Subte, aunque eso solo puede hacerse en un Penal. Cuando Rojo le tomó los datos a Rocío Girat, en lugar de poner “casada” como correspondía en Estado Civil, puso “soltera”, a pesar de la insistencia de Rocío.

La jueza de instrucción, María Fontbona de Pombo, se negó a recibir los videos grabados en el lugar por testigos y presentados por la defensa, que desmienten el relato de la Policía sobre un supuesto accionar violento de Mariana Gómez. Recién comenzado el juicio, un año y medio después, los videos han sido aceptados por la jueza Marta Aurora Yungano, quien previamente rechazó los amicus curiae presentados por la Defensoría General de la Ciudad, el colectivo 100% Diversidad y Derechos, la Asociación Pensamiento Penal y la Red de Abogadas Feministas.

Tanto Mariana Gómez como su pareja, Rocío Girat, fueron víctimas y lucharon por cárcel efectiva para sus familiares abusadores (uno de ellos, un ex oficial de la Armada).

Mariana y Rocío denuncian que lo que molestó fue verlas besándose y que Mariana fue la víctima de ese ataque por su aspecto fuera de lo heternormado. Su detención por negarse a apagar un cigarrillo es ilegítima y la acusación, falsa. “Lesiones graves” implica la afectación permanente de un órgano, una deformación del rostro, que haya puesto en peligro la vida de la persona o que le genere una incapacidad para trabajar durante más de un mes. Fue demostrado en las pericias que no existieron.

Mariana Gómez fue víctima de un ataque lesbofóbico por parte de la Policía de la Ciudad.  Repudiamos este caso de persecución y criminalización al colectivo LGTB+ y reclamamos su absolución.