La directiva de ATE Santa Fe cedió la sede de su hotel gremial para que se realice la charla “La ideología de género en el nuevo orden mundial” cuya disertante, Chinda Brandolino, integra el “Proyecto Segunda República”, una organización filofascista y antisemita. El permiso fue revocado como resultado del escándalo que generaron las compañeras del propio sindicato ante esta agresión a la lucha de las mujeres por sus derechos.

Brandoli se hizo conocida por sus intervenciones mediáticas contra el derecho al aborto y la educación sexual y por oponerse al uso de vacunas en general.  La charla estaba enmarcada en la campaña #ConMisHijosNo, contra la educación sexual. 

Ante el escándalo interno, la comisión directiva de ATE tuvo que suspender la charla, que ahora se hará en la Parroquia Nuestra Señora de Luján, de la capital provincial. Para muestra, sobra un botón.

No aclares que oscurece

El secretario general de ATE, Jorge Hoffmann, envió un audio a los afiliados que se viralizó rápidamente dando cuenta del recule y justificando el permiso para la charla en “cuestiones económicas”. Pero a continuación aclaró que los directivos del gremio “no cuestionan a quienes piensan diferente”, como si estuviéramos en presencia de matices de opinión y no frente a una ofensiva clerical reaccionaria.

El audio del sindicalista menoscaba las quejas de las compañeras, acusándolas de hacer “barullo”, y se despacha contra la mesa de Ni una Menos local -que integran el conjunto de organizaciones de mujeres de Santa Fe- por haber enviado una carta en repudio a que ATE facilite la organización del evento.

Para rematar este planteo encubridor y de ataque a la lucha de las compañeras, Hoffman sigue la línea de su jefa: “en el movimiento feminista existen expresiones que no entienden lo que es la igualdad de género; en definitiva tienen las mismas actitudes, como dijo Cristina, que los machirulos”.

Burocracia clerical

La realidad es que la dirección de ATE concede espacios propios a sectores clericales como parte de una estrategia política más general y no por motivos accidentales. Todas las alas de la fragmentada CTA apuntan a estrechar vínculos con el Papa Bergoglio, sostenedor del aborto clandestino, y boicotean las demandas de las mujeres -incluidas en primer lugar la de sus propias afiliadas. El estrechamiento de vínculos con el Vaticano sirve gobernabilidad del ajuste que reclaman Macri, el FMI, los gobernadores del PJ y el “progresismo” para llegar a las elecciones del 2019.

Es lo que está sucediendo en el Astillero Río Santiago, donde la Pastoral Social se ha convertido en una vocera excluyente de las mesas de negociación con la ajustadora Vidal, mientras siguen sin resolverse las cuestiones de fondo que hacen a la estabilidad laboral y el sostenimiento en el tiempo del ARS.

Las mujeres trabajadoras necesitamos una nueva dirección en los sindicatos, independiente de los partidos de Estado y de la Iglesia -un verdadero Estado adentro del Estado, al servicio de la dominación capitalista. 

Fuera la Iglesia de nuestros sindicatos.

Viva la rebelión de las mujeres.