Los estudiantes del colegio Manuel Dorrego de Morón desarrollarán el próximo viernes un "besazo" (en septiembre del año pasado, se desarrolló una acción similar de protesta frente al bar La Biela, donde habían sido expulsadas dos mujeres por su condición de lesbianas) en repudio al accionar del director de la institución, que retó a dos estudiantes por estar tomadas de la mano. El directivo les reprochó las “escenas entre personas del mismo sexo” delante de otras personas.

 

La original medida de protesta de los estudiantes fue resuelta en las sentadas y asambleas que se desarrollaron en rechazo al comportamiento del director. Los alumnos y alumnas decidieron también hacer carteles contra la discriminación para pegar en la escuela.

 

Lo que enseña el caso del Dorrego es que los mensajes homolesbotransfóbicos emanan y se reproducen desde las propias instituciones estatales. El pico más alto de la agresión contra el colectivo LGTBI en el último tiempo es el caso emblemático de Higui, presa desde octubre último por defenderse de un ataque sexual “correctivo”, perpetrado por un grupo de hombres por ser ella lesbiana.

 

La UJS de Morón expresó su apoyo al accionar de los estudiantes del Dorrego en un comunicado.