El domingo 18 de Julio, a las 7 hs de la mañana, la joven trans de 29 años, Fátima Belén murió en la comisaría del barrio Guadalupe.

Fátima Belén había sido detenida por la policía en un alquiler, tras recibir la llamada de vecinos por escuchar disturbios en el hogar de la misma. En primera instancia, fue llevada al forense, donde según versiones oficiales esta habría atacado al médico, razón por la cual vuelve a ser trasladada a la comisaría. Allí es que sufre una descompensación, y sin especificar el tiempo transcurrido, los uniformados, recurren al SIPEC, pero lamentablemente al momento de su llegada, Fátima ya no presentaba signos vitales.

Ante la incertidumbre de la causa de muerte, seres queridos y distintas organizaciones se convocaron ante la subcomisaría y con la presencia de la madre, se realizó una conferencia de prensa donde declaró: “Me dijeron que mi hija falleció, que murió de una sobredosis pero antes me dijeron que ella se hacía la retobada, que no le quiso dar los datos de ella, yo estoy segura que a ella la mataron a golpes”. La madre concluye pidiendo justicia por Fátima y haciendo alusión a la responsabilidad de la policía por la muerte de su hija. A esta declaración, se le suma los dichos de un amigo, quien estaba en la reunión social con ella y ve cuando los efectivos la llevan del alquiler: “Fátima se fue sin ningún golpe, y en el cajón tenía la frente achatada”.

En Formosa tenemos que lamentar una nueva muerte de una mujer trans y en manos de la policía de Insfrán, que ya tiene en su haber varias transgresiones, muertes de menores, y encubrimientos de crímenes de odio como fue el caso de Erika Rojas en el 2016, el cual quedó “resuelto” cubierto de dudas entre el accionar de la policía y la justicia. Por tal razón, en el ojo de la tormenta, con la muerte de Fátima Belén, se encuentra nuevamente en la policía.

Exigimos el urgente esclarecimiento del caso. Pedimos justicia por Fátima Belén. Basta de crímenes de odio.