Cultura

24/11/2020

“Las Mil y Una” de las juventudes LGBT+ en los barrios

Situado en un complejo de monoblocks correntino, el film de Clarisa Navas hace un recorrido sensible y potente por las vivencias de un grupo de adolescentes.

El martes tuvo su estreno nacional en el Festival de Mar Del Plata Las Mil y Una, una ficción de la directora Clarisa Navas que se encuentra dentro de la selección de competencia internacional del evento y que podrá verse a partir de diciembre en Cine.ar.

Las Mil y Una transcurre y fue grabada en el barrio “Las Mil”, un complejo de monoblocks ubicado en las afueras de Corrientes, de donde es oriunda la directora.

Un grupo de jóvenes de la comunidad LGBT+ son les protagonistas de este film. El relato se centra en la historia de Iris, una adolescente deportista que pasa la mayor parte del tiempo en la casa de sus amigos, y Renata, una joven que vuelve al barrio luego de un tiempo de haber estado en Paraguay y es estigmatizada por todes por ejercer la prostitución.

No son menores las otras historias que atraviesan la trama y encarnan las realidades de este barrio. Entre ellas se destaca la de los amigos de Iris, dos hermanos homosexuales, hijos de una madre soltera que lleva adelante sus crianzas de alguna manera en soledad, pero a la vez acompañada de otras mujeres que transitan la casa, reflejando estas realidades de crianzas colectivas que se dan en muchas ocasiones en estos contextos. A su vez, la trama refleja también cómo estas relaciones de amistad, como la de Iris y sus amigos, construyen un vínculo de acompañamiento que reemplaza el de la familia tradicional, de la que en muchas ocasiones las juventudes LGBT+ son expulsadas.

El descubrimiento y la exploración del género y la sexualidad durante la adolescencia en el barrio constituyen uno de los principales ejes de la película. Una juventud que ya de por sí sufre la opresión de su clase se choca con los conflictos de intentar vivir su sexualidad libremente. Y, junto con esto, aparecen cuestionadas las construcciones tradicionales sobre el amor.

Cuidados

En Las Mil y Una, esta exploración convive no solo con las dificultades del entorno, sino también con las inocencias de la adolescencia, creando un delicado entramado de vivencias.

Es desde allí que la película dispara varios cuestionamientos, entre ellos el de qué posibilidades de cuidarse tiene una juventud sin acceso a los derechos más elementales, en un sistema en donde el acceso a la vivienda, a la educación y a la salud son un privilegio. “Estos chetos siempre con derecho a cuidarse y a tener salud”, le marca Renata a Iris cuando esta la cuestiona por los riesgos a los que se encuentra expuesta por sus vivencias.

Por otro lado, qué posiblidades de “cuidarse” tiene una juventud sin acceso a ningún tipo de educación sexual integral, solo contando con las herramientas confusas de lo que pueden encontrar en internet sobre el disfrute de su sexualidad y la exploración de sus identidades, y sobre cómo cuidarse de las enfermedades de transmisión sexual. Y algo más complejo aún: cómo cuidarse siendo lesbiana -pregunta a la que no tendrán respuesta, ya que no existe en el país la posibilidad de acceder a métodos efectivos al respecto.

Y tal vez lo más crudo: qué cuidados puede tener la juventud de la clase trabajadora que quiere romper con la heteronorma impuesta por este sistema y, en consecuencia, sufre las violencias más duras. Desde una mirada muy sensible, está representada dentro de esta película esta violencia hacia la comunidad LGBT+, hacia las mujeres, así también como la persecución policial y estatal dentro de los barrios.

Con un recorrido sensible a través de estas encrucijadas, Navas logra su cometido -como expresa en un video- de “abrir posibles en un terreno donde la vida parece cerrarse muchas veces”. Lo hace retratando de una forma potente la realidad que viven las juventudes LGBT+ de la clase trabajadora en las barriadas de todo el país, en donde las violencias y las opresiones se potencian, en donde es más que urgente organizarse para cambiar esta realidad.