LGBTI

6/11/2013|1292

Marcha del Orgullo

Por un movimiento LGBTI independiente del Estado y la Iglesia.
 Sábado 9/11, 18 horas. De Plaza de Mayo a Congreso.

Este año la Marcha del Orgullo LGBTIQ nos encuentra con un escenario distinto al de años anteriores.


La convocatoria oficial realizada por la Comisión Organizadora – con consignas en apoyo a la Ley de Medios y otras campañas del gobierno- ha intentado convertir a la misma en un acto de apoyo al kirchnerismo.


Estamos frente a un copamiento inaudito de la movilización tradicional de nuestra comunidad por sus luchas, reclamos y reivindicaciones, y para festejar las conquistas de esas batallas, más allá de las diferencias que existen y que en otras ocasiones hemos manifestado.


La decisión de la Comisión Organizadora de encolumnar a nuestro movimiento detrás del gobierno no podría llegar en un momento más desafortunado. En las recientes elecciones legislativas el gobierno perdió cuatro millones de votos, lo que ha precipitado un giro oficial hacia la agenda de la burguesía: devaluación del peso, ajuste, mano dura con Granados y Milani, acuerdos con Chevron y el Banco Mundial.


La Comisión Organizadora convoca a apoyar a un gobierno que envía 4000 gendarmes al conurbano, mientras las compañeras trans siguen sufriendo brutales crímenes de odio a manos de las fuerzas de seguridad. No es casual que en un cuadro de derrumbe, el kirchnerismo busque reforzar su control sobre las organizaciones populares, a través del copamiento de la movilización.


El resultado de la descomposición


La comisión organizadora de la marcha, integrada por el kirchnerismo, el Partido Socialista, el MST y otras organizaciones, ha venido vaciando de contenido una movilización histórica de lucha de la diversidad sexual. Dicen reclamar educación sexual laica y científica en todas las escuelas, pero evitan denunciar que es el mismo gobierno, con la caja del Estado, el que financia a la Iglesia y sus escuelas confesionales.


Ni hablar del saludo y apoyo del gobierno nacional y la oposición patronal al nuevo papa Bergoglio. El copamiento del kircherismo es el resultado de una profunda adaptación de la dirección del movimiento al Estado, a la Iglesia y a las patronales que, antes de sumergirse en el carrerismo político del kircherismo, los tuvo entre los promotores del ingreso de boliches y empresas privadas a la Marcha como parte de la "industria gay" que busca lucrar con nuestra comunidad.


Todo esto, mientras la agenda urgente de reivindicaciones del movimiento como los crímenes contra las chicas trans, el desempleo y la prostitución, la violencia jurídico-policial, están ausentes. Como suele decirse, hemos tocado fondo.


Hay una salida


Nuestra agrupación LGBTI 1969 participará de esta edición de la marcha con un planteo claro: la parálisis del movimiento, su división y atomización en centenares de grupos, sólo podrá ser superada a partir de la ruptura con el Estado, las patronales, la burocracia sindical y la Iglesia.


La lucha por nuestros reclamos no puede estar subordinada a la agenda de tal o cual gobierno o grupo parlamentario. La dirección del movimiento tiene que salir de los pasillos y oficinas de los organismos estatales y del Congreso para estar a la cabeza de la movilización por nuestros reclamos.


Necesitamos un movimiento LGBTI independiente que se ponga de pie para luchar por todas nuestras reivindicaciones, en conjunto con el resto de los sectores explotados y oprimidos de la sociedad. Convocamos a todos los activistas, jóvenes y trabajadores LGBTI que piensen que es necesario un cambio, a sumarse.


Nos movilizamos por:


Implementación efectiva de la ley de educación sexual, laica y científica en todos los colegios del país.


Triplicación del presupuesto para la educación.


Abajo los códigos contravencionales; basta de represión y gatillo fácil Inclusión laboral y trabajo bajo convenio para todas las compañeras trans.


Desmantelamiento de las redes de trata; cárcel a los proxenetas y sus cómplices.


Separación efectiva de la Iglesia y el Estado. Que el Estado deje subsidiar a las instituciones educativas privadas de carácter confesional. Fuera las autoridades clericales de los hospitales públicos.


Aborto libre, seguro y gratuito en todos hospitales públicos.