LGBTI

7/7/2021

Sobre las “recomendaciones” para la atención integral de la salud de niñeces y adolescencias trans, travestis y no binaries

Otro capítulo en la política low cost del gobierno nacional.

Agrupación 1969.

Este pasado 30 de junio se presentaron las “Recomendaciones para la atención integral de la salud de niñeces y adolescencias Trans, Travestis y No Binaries” en un acto en vivo encabezado por la ministra de salud, Carla Vizzotti y la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. En el texto se abordan sugerencias de buenas prácticas que deben realizar lxs efectores de salud para con las personas niñes y adolescentes TTNB.

Aunque el mismo documento hace referencia a prácticas que deberían estar normalizadas en el sistema de salud, como el trato digno y el respeto a la identidad, la realidad escapa de esto, y las personas trans, travestis y no binaries son constantemente vulneradas tanto en el ámbito público como en el privado. Es el mismo Estado el que no implementa ni una política real de formación hacia les futures profesionales de la salud, y es el que le abre la puerta a las Iglesias y a sus lobbys dentro del ámbito sanitario. Sobre estos dos últimos puntos, no hay referencia alguna desde las ministras.

El manual de recomendaciones gira en torno a dos ejes, enfocar la responsabilidad de las malas prácticas en los efectores y quitar la responsabilidad del Estado en cuanto al no acceso a la salud de la población TTNB. En otras palabras, un capítulo más del pinkwashing que lleva adelante el gobierno nacional de Alberto Fernández, esta vez en el día final del mes del Orgullo.

¿Qué pasa en el ámbito de la salud con las personas TTNB?

Las personas travestis, trans y no binaries han sido históricamente expulsadas de los ámbitos formales de salud. En el informe “La revolución de las mariposas” los datos relevados muestran que más del 80% de las personas trans se atienden en el sistema público de salud, siendo menos del 16% lxs que cuentan con una cobertura de salud privada. Es en este contexto que se debe problematizar el acceso, que no es solo coartado por los malos tratos que se han recibido desde las instituciones de salud, sino también, y centralmente por el recorte sistemático que han llevado adelante los sucesivos gobiernos sobre la salud pública.

En el mismo informe, entre las travestis y mujeres trans encuestadas, la mayoría (45,6%) acude al médico por estar realizando un tratamiento, el 41,4% asiste al médico por chequeos preventivos y, finalmente, un 13% se presenta ante situaciones de urgencia médica. Entre los varones trans encuestados, la cifra se modifica: casi el 82% lo hace por un tratamiento y el resto asiste solo por urgencias, ninguno reveló hacerlo por prevención. Dentro de estos números, entre los varones el 96,1% acceden por un tratamiento hormonal, y en cuanto a mujeres y travestis, el 62,5% lo hace por tratamientos relacionados al VIH y el 18,1% por tratamientos hormonales. En menor medida terapias psicológicas (4,2%) y problemas derivados de la inyección de siliconas (4,2%).

Estos números arrojan una realidad clave: las personas trans principalmente accederán al sistema de salud para cuestiones relacionadas con sus identidades. Mientras tanto, tanto los medicamentos por HIV como las hormonas, son sistemáticamente recortadas. La misma Ley de Identidad de Género, reivindicada en en la guía de Recomendaciones y en su presentación por parte de las funcionarias, es sistemáticamente incumplida cuando se bloquea el acceso a los tratamientos hormonales y a la salud en general de adultxs, niñeces y adolescencias TTNB.

Es importante resaltar estos datos cuando hablamos también de niñeces y adolescencias trans travestis y no binaries, ya que desde la más temprana edad lxs niñes manifiestan su disconformidad con el género asignado al nacer, particularmente entre las edades de 1 a 4 años, y entre los 5 a 8 años, según informes de la Asociación Infancias Libres.

¿Pueden haber “profesionales amigables” sin formación?

A pesar de que este documento se presenta como un avance, la realidad es que existen y han sido puestos en circulación otros instructivos sobre el trato hacia las personas TTNB en el ámbito de la salud , como pueden ser el documento de “Atención de la salud integral de personas trans, travestis y no binarias” del 2020 o las recomendaciones para los equipos de salud “Atención integral de la salud de las personas trans” del año 2018. Sin embargo, a pesar de la existencia de estos, no ha habido avances en la formación para lxs profesionales de la salud sobre las diversidades sexuales y de género.

Desde el propio documento se establecen recomendaciones para los equipos… que han sido formados desde sus carreras en una orientación contraria. No han sido pocas las denuncias en las carreras ligadas a la salud, en las facultades de Ciencias Médicas, Farmacia y Bioquímica y Psicología, sobre la cantidad de contenidos patologizantes y discriminadores que prevalecen aún en los planes de estudios, o incluso, la falta de contenidos en torno a, por ejemplo, la hormonización, las distintas identidades, o cualquier temática ligada a la educación sexual por fuera del biologicismo.

En la propia guía se nombran elementos como los campos de látex, las fajas, vendas elásticas, prendas compresoras, binders o packers, a los que la comunidad TTNB accede y aprende a usar por su cuenta, ya que el Estado ni los provee ni provee de información a lxs profesionales para aconsejar o no sus usos, pudiendo provocar consecuencias en la salud de lxs niñxs o adolescentes.

El propio Estado y sus gobiernos, que educan en la ignorancia a las grandes mayorías, luego pondrán la responsabilidad en estas para atender las problemáticas que atravesamos desde nuestras niñeces sin proveer ninguna herramienta. La definición de política low cost, que ha caracterizado al Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad desde su creación.

Rosarios en el hospital: la injerencia de las iglesias en el sistema de salud

La iglesia, el gran ausente en este “Manual de recomendaciones” está presente en el sistema de salud y juega un rol central en la promoción del odio hacia las diversidades sexuales y de género. También es importante destacar las presiones y lobbys realizados por las instituciones clericales presentes en la salud pública y privada del país, para que el personal de salud se declare “objetor de conciencia” e impedir así que se acceda a un derecho conquistado por el movimiento de Mujeres y Diversidades.

Los discursos médicos patologizadores y la no implementación de una ESI laica son dos caras de una misma moneda. Los firmes y estrechos lazos que tienen las iglesias con el Estado, dado que esta institución cumple un rol fundamental en el sostenimiento del régimen social convirtiéndose en un garante del ajuste, además de obrar como dique de contención hacia los reclamos de los sectores más relegados de la población, siendo uno de estos sectores, la población TTNB. Por este motivo resulta contradictorio que el manual de recomendaciones declare que: “En la medida en que niñes y adolescentes TTNB expresan sus procesos de construcción identitaria, pueden emerger en el entorno y/o la familia estados vinculados al desconcierto, el temor, la culpa o la angustia, producto del desconocimiento en relación a las identidades trans” cuando el mismo desconcierto y temor es promovido por el mismo Estado.

Con ajuste y sin formación, no hay recomendaciones que alcancen

El Estado nacional desde el 2010, puso en funcionamiento un programa de “Consultorios amigables” para la comunidad Lgbt+, que tenían como objetivo funcionar como espacios seguros de consulta y tratamiento. Al año 2017, según el último informe publicado, solo se contaban con 81 consultorios a nivel nacional, concentrándose en las áreas metropolitanas pero con poca presencia en el interior del país y dejando sin atención a cientos de personas. Son estos espacios y los dispositivos LGBT+ los que mayormente proveen información y atienden a niñeces, adolescentes, y adultxs TTNB.

Sin embargo, los sucesivos gobiernos han vaciado sistemáticamente estos espacios, que muchas veces se sostienen sobre la fuerza de voluntad de sus profesionales, comprometides con garantizar el acceso a la salud como un derecho de nuestra comunidad. Ha sido el caso de los dispositivos de Olavarría, que fue reabierto gracias a la presión de la población y sus trabajadorxs, Río Gallegos, Morón, que también fue defendido con la movilización, entre otros.

Vamos por el efectivo cumplimiento de la Ley de Identidad de Género y una ESI laica y científica

Desde la Agrupación LGBTI 1969 entendemos central seguir luchando por que las normativas ya aprobadas se cumplan y rechazamos este nuevo intento por parte de un gobierno de pintarse de “LGBT friendly”, mientras que no ofrece a las diversidades sexuales y de género de la clase trabajadora poco más que recomendaciones de buenos tratos, pero nunca destina presupuesto para garantizar nuestro acceso a la salud, como así tampoco una formación médica que garantice el respeto a las identidades y sexualidades. Es por eso que debemos permanecer en las calles. Un gobierno ajustador como el de Alberto Fernández está imposibilitado de poder garantizar infancias y adolescencias libres de violencias y discriminación y el acceso a sus derechos, en un país donde más del 60% de lxs niñes se encuentran bajo la línea de pobreza.

Debemos luchar con total independencia del Estado y las Iglesias que bloquean la elección autónoma de las identidades y sexualidades de lxs niñes y adolescentes, y por su acceso a la salud. Educación sexual laica y científica en todos los niveles educativos y formación de calidad que permita el acceso a la información para lxs profesionales. Cumplimiento en regla y financiación de la Ley de Identidad de Género. El Estado es responsable.