LGBTI

24/6/2017

VIH/sida, el “errorismo” de Fundación Huésped o un negocio en puertas


En los últimos días comenzó a circular en las redes sociales una publicación de Fundación Huésped (FH) difundiendo una charla acerca del nuevo tratamiento PrEP -sigla en inglés que significa profilaxis pre-exposición- para la prevención del VIH/sida. El tratamiento consta de una pastilla por día para prevenir la infección, pero para nada impide otras ETS como la sífilis o la hepatitis, para las cuales la única barrera sigue siendo el preservativo. Por otro lado, llamar a esto “nueva opción” suena a oferta televisiva, es decir, a un negocio. Esto en tanto este tratamiento no sería gratuito.


 


El anuncio tuvo fuerte repercusión en el colectivo LGBTI dado que en lugar de informar desinforma y reproduce nociones altamente estigmatizantes. La charla estaría dirigida específicamente a hombres que tienen sexo con hombres y personas trans; esto sugiere un viejo prejuicio que se recuerda como la “fiebre rosa” que en los inicios de la epidemia del sida señalaba que era una enfermedad exclusiva de las personas no heterosexuales.


 


En aquel entonces no existía ni la información, ni los tratamientos, ni la experiencia social y política al respecto del VIH/sida, producto de la lucha de las organizaciones en Argentina que combatieron aquel estigma y exigieron por tratamientos gratuitos. Hoy el Estado garantiza la atención sanitaria, no sin las dificultades de una salud pública vaciada por los sucesivos gobiernos. Por lo tanto, la campaña de Huésped atrasa años en nombre de una supuesta historia de coherencia de la fundación, y desconoce aquella historia de lucha de las personas viviendo con VIH/sida contra la discriminación.


 


Desde la página oficial de facebook FH respondió a los mensajes de repudio a la orientación estigmatizante aduciendo lo siguiente: “La Profilaxis Pre Exposición es una nueva estrategia de prevención del VIH que todavía no está disponible para el público en general y la OMS recomienda que sea utilizada sólo por las poblaciones en mayor riesgo de contraer el virus” y sigue: “[…] y si bien la charla es abierta a la comunidad -y el error fue no explicitarlo en la placa-, el público al que está dirigido es, fundamentalmente, los hombres que tienen sexo con hombres […] y la población trans, quienes son los potenciales beneficiarios de esta estrategia.”. En respuesta al recurso a la OMS distintos activistas señalaron que ese mismo organismo consideraba la homosexualidad una enfermedad hasta el 17 de mayo de 1990 en que finalmente abandonó esa clasificación, con lo cual bien valdría tomar con recaudo lo que diga ese organismo.


 


Por otro lado, el supuesto furcio de FH reproduce un criterio discriminatorio y estigmatizante idéntico al de los formularios para donación de sangre que utilizan la mayoría de los centros de salud del país, donde el grupo “hombres que tienen sexo con hombres” es motivo de veto, dado son un grupo de riesgo, es decir más posiblemente portadores de enfermedades en su organismo. Este criterio viene siendo desechado en algunos distritos como la ciudad de Buenos Aires. Pero persisten sin embargo sectores farmacéuticos, de la medicina privada y clericales que trabajan sin cesar en función del desmantelamiento y la privatización de la salud, y en función de ello sostienen estos criterios reaccionarios.


 


El colectivo trans tiene una prevalencia mayor el VIH y demás enfermedades de transmisión sexual dada la situación a la que son empujadas las personas trans: expulsadas tempranamente de sus hogares por su identidad de género la gran mayoría sólo consigue subsistir por medio de la prostitución. Esto con todos los vejámenes sociales, psicológicos y físicos que implica. De seguro el problema de las personas trans como dice FH no se resuelve con una “nueva opción” sanitaria. Un régimen social en el que ocurren estas situaciones debe ser transformado en sus bases.


 


Yendo un poco más allá de Fundación Huésped, es preciso pensar lo siguiente: aún hoy en Argentina, según cifras del Ministerio de Salud, el 30% de las personas viviendo con VIH/sida no lo sabe. El Estado deja librada la difusión, información y educación en torno a enfermedades de transmisión sexual a ONG y fundaciones. Antes que nuevas formas necesitamos educación sexual científica y laica, anticonceptivos al alcance de todos, campañas de difusión e información a cargo del Estado y controladas por las organizaciones de personas viviendo con VIH y/o ETS y las organizaciones de trabajadores de salud. Que se garanticen los derechos de las personas que viven con el virus, el acceso al trabajo, a la salud y la educación, sin discriminación y sin estigma.