A 44 años de La Noche de los lápices, la lucha continúa

La lucha de les secundaries sigue vigente.

APel

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El 16 de septiembre de 1976, seis jóvenes estudiantes secundarios fueron secuestrados en la ciudad de La Plata. Ellos fueron María Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Claudio de Acha, Francisco Lopez Muntaner, Daniel Racero y Horacio Úngaro y llevados a Centros clandestinos de detención, lugar del que nunca salieron. Días previos habían sido secuestrados otros estudiantes que sobrevivieron, Gustavo Calotti, Patricia Miranda y Emilce Moler. El 21 de septiembre, se llevaron a Pablo Díaz. Tenían entre 16 y 18 años y eran militantes de la UES.

La maquinaria genocida que atacó a estos jóvenes estuvo comandada por el jefe de la Policía Bonaerense, Ramón Camps y secundado por Miguel Etchecolatz quienes los condujeron al Centro Clandestino Pozo de Banfield, Arana y otros centros clandestino de detención de la Provincia de Buenos Aires, donde fueron torturados para luego ser eliminados.

La persecución de los jóvenes militantes era un objetivo central de la dictadura del ’76 que vino a troncar a la vanguardia obrera y juvenil que despertó al calor del Cordobazo.

El espíritu de lucha se respiraba en cada esquina platense donde existía una intensa actividad política en las Universidades y colegios secundarios con la participación de estudiantes, docentes de agrupaciones de izquierda y del peronismo. Este proceso se vivenció claramente a los pocos días de asumir Héctor Cámpora el poder, cuando comenzaron a producirse tomas de escuelas, universidades, fábricas, hospitales.

Durante el gobierno de Isabel Perón, asume como Ministro de Educación Oscar Ivanissevich quien inició un curso de intervención a las universidades. En el discurso del Día del Maestro de 1974 planteó la necesidad del cierre de las universidades subvertidas para asearlas, ordenarlas y normalizarlas, comenzando así las cesantías y la persecución con bandas paramilitares a docentes, estudiantes y militantes políticos.

En 1975, el movimiento de estudiantes secundarios se lanzó a la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario y con enormes movilizaciones lograron conseguirlo en la Ciudad de La Plata. En las Asambleas de preparación y en las movilizaciones participaron los adolescentes secuestrados en La noche de los lápices.

Tan importante era para los genocidas erradicar a esa juventud que luchaba por cambiar el sistema de raíz, que en 1977 dictó un documento de lectura obligatoria en todas las instituciones educativas que se titulaba “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)”. Allí se advertía sobre el peligro del marxismo y su inserción en las escuelas y universidades y cómo enfrentarlo, para mantener la moral occidental y cristiana desde el preescolar.

A 44 años de esta página negra de la historia, la lucha de les estudiantes secundarios sigue vigente. La misma bonaerense que secuestró a les compañeres en 1976, los herederos de Camps y Etchecolatz desaparecieron a Facundo Astudillo Castro.

Más que nunca, vamos al Plenario Nacional Antirrepresivo y por los Derechos Humanos el sábado 19 de septiembre a las 10 horas.

Ante el fortalecimiento represivo que afecta especialmente a la juventud, más que nunca vamos al Plenario Nacional Antirrepresivo y por los Derechos Humanos como un paso para unir los reclamos de les familiares y amigos de las víctimas de gatillo fácil, de la represión estatal, que luche como un solo puño contra la impunidad de ayer y de hoy, por el juicio y castigo a los responsables de la desaparición y muerte de Facundo y por la defensa irrestricta de los derechos humanos, gobierne quien gobierne.

Compañeras y compañeros detenidas desaparecidos ¡Presentes!