Abajo la persecución política y gremial de Posse y sus patotas


El Partido Obrero de San Isidro convocó, en la tarde del miércoles 21, a un acto público en la Plaza Municipal a 31 años del golpe militar, para denunciar que los mismos aparatos represivos siguen actuando contra los trabajadores y el pueblo. A poco de comenzar, una patota que se identificó como "de la Municipalidad" amenazó a los militantes y vecinos presentes.


 


Al frente de ellos se encontraba un personaje conocido como "El Tano", secretario del intendente Posse, que cortó la electricidad del equipo de sonido y con uno de sus secuaces "machete en mano" amenazó con "proceder a bajar las banderas" que se habían extendido para la ocasión, porque no permitirían "pasacalles ni banderas políticas en su plaza". Eran respaldados por un móvil de la policía del programa de seguridad comunitaria municipal.


 


Los "Tuta Muhamad" de Posse no intimidaron a los militantes: a pesar de la apretada y de no contar con sonido, mantuvimos las banderas extendidas "a mano", repartimos centenares de volantes y colocamos 65 periódicos. Doce personas, entre ellos docentes, camioneros, metalúrgicos y estudiantes secundarios y universitarios, nos dejaron sus datos para mantener el contacto.


 


En San Isidro las patotas y el autoritarismo son una política municipal. En 2002, mafiosos de la Municipalidad golpearon cobardemente a vecinos de las asambleas populares del distrito. En septiembre del año pasado, sus socios de Barrios de Pie-Libres del Sur agredieron en La Cava a una asamblea convocada por el Polo Obrero y vecinos del barrio. El propio jefe de la patota que actuó el 21, se enorgulleció de haber utilizado los mismos métodos contra los trabajadores del Hospital Central cuando meses atrás reprimieron una asamblea gremial.


 


Hay que terminar con el autoritarismo possista y su banda de apretadores profesionales.