Libertades democráticas
18/11/2004|877
Caleta Olivia: Victoria de la huelga de hambre
Los compañeros detenidos por pedir trabajo en Caleta Olivia comenzaron el 26 de octubre una huelga de hambre exigiendo: el traslado de Jorge Mansilla a la seccional tercera, donde se encuentran los compañeros Hugo Iglesias y Mauricio Perancho, porque se encontraba en condiciones infrahumanas en la seccional primera, junto a nueve presos comunes; el cese de los malos tratos en la seccional cuarta, donde se encuentran detenidas las compañeras Marcela Costando, Elsa Orozco, Selva Sánchez y Cintia Darco (esta última, presa por delitos comunes y que se sumó a la huelga de hambre); y una ayuda financiera a las familias mientras dure la detención.
Los compañeros fueron internados el 3 de noviembre al cumplirse dos meses de su detención. Se prohibió la visita de sus hijos y sólo se autorizó a dos mayores para visitarlos. Ante esta situación, a los 14 días de huelga de hambre, y al ver que no se daba una solución, los compañeros Jorge Mansilla, Elsa Orozco y Cintia Darco deciden ir a una huelga seca.
Al ver que los compañeros ya estaban muy débiles y en peligro su vida, decidimos organizar un viaje a Río Gallegos para reclamar soluciones directamente ante el subsecretario de Trabajo de la provincia, Héctor Rojas, ex funcionario que firmó el acta cuando se “resolvió” el conflicto. Denunciamos por los medios toda la situación que se vive en Caleta Olivia, explicamos cómo fue la represión y repudiamos la ilegalidad de estas detenciones. Hicimos cargo al gobierno de la provincia, que intenta a través de la prisión escarmentar a una localidad que, por medio de la lucha, arrancó a las petroleras más de puestos de trabajo genuino. También explicamos a qué llamamos “maltrato policial”.
El mismo día que nos atendió Rojas en la Subsecretaría, en la Cámara de Diputados un grupo de mujeres autoconvocadas entregaba valiosas firmas denunciando el maltrato a las compañeras presas y la arbitrariedad de todo el proceso contra las compañeras y compañeros detenidos. El petitorio reclama igualdad de trato y cumplimiento de pactos internacionales que protegen a la mujer y a la niñez.
El viernes 12, Rojas nos da la respuesta: un fax de la Intendencia de Caleta, con la firma del intendente, donde se hace cargo de una ayuda financiera de 500 pesos para todas las familias de los detenidos.
Por esta respuesta, y después de haber conseguido el traslado de Jorge Mansilla, con el compromiso, además, del juez Bailaque de solucionar el tema del maltrato, los compañeros levantaron la medida y fueron llevados inmediatamente a las seccionales. Por esto decimos hoy más que nunca que se los libere, y llevamos esta consigna para el 20 de noviembre (cumpleaños de Caleta Olivia) el mejor regalo para Caleta y el país es la libertad de todos los presos por pedir trabajo.