Comienza el juicio contra los genocidas del Centro Clandestino “El infierno”

El 7/9 comienza el juicio contra los genocidas del Centro Clandestino Brigada de Investigaciones de Lanús.

Apel

El pasado 12 de agosto, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata confirmó el comienzo del juicio para el lunes 7 de septiembre contra los genocidas del centro clandestino de detención Brigada de Lanús con asiento en Avellaneda, conocido como “El Infierno”, del cual estaremos participando desde la querella de Justicia Ya! La Plata, de la cual Apel forma parte.

El debate se realizará en principio virtualmente, con la posibilidad de alternar la presencia física de partes y víctimas cuando así sea solicitado y el desarrollo de las medidas sanitarias   por Covid 19 así lo permita. Defendemos el derecho histórico en estos juicios a la participación pública sin restricciones. Las audiencias serán trasmitidas por el canal del Centro de Información Judicial (CIJ).

En este juicio se pueden apreciar claramente las limitaciones de los juicios de lesa humanidad que se han realizado hasta el momento. Su desarrollo será a 44 años de los hechos, garantizando la “impunidad biológica” para los genocidas, como también la falta de justicia para les compañeres que murieron sin llegar a declarar en el mismo. La causa, desde sus comienzos, fue fragmentada, dejando de lado una inmensa cantidad de genocidas fuera del proceso como así también de víctimas que no fueron incluidas.

La causa se elevó a juicio en mayo de 2017 incluyendo a 8 represores por 62 víctimas. Desde su elevación a la fecha, murieron impunes el subjefe del Comando del Primer Cuerpo del Ejército Jorge Olivera Rovere, el militar y ex subjefe de la Policía Bonaerense Rodolfo Aníbal Campos, el comisario y subjefe de la Brigada de Lanús, Rómulo Ferranti y en julio pasado el jefe máximo del CCD, Bruno Trevisán. Con ello quedan en pie solamente las imputaciones contra el Director de Investigaciones Miguel Etchecolatz, el ministro de Gobierno Jaime Smart, el director de Investigaciones “Zona Metropolitana” Juan Miguel Wolk y el cabo de guardia de la Brigada, Miguel Ángel Ferreyro.

Entre los años 1976 y 1978 revistaron más de 200 efectivos en la Brigada de Lanús, algunos de ellos procesados o condenados en otras causas como Norberto Cozzani, José Félix Madrid, Rubén Lavallén, Rubén Oscar Páez, Sergio Verduri y Roberto Cabrera. Todos ellos quedaron impunes en esta causa, al igual que su jefe Trevisán.

El CCD “El infierno” funcionó  en pleno centro de Avellaneda, a dos cuadras de la avenida Mitre, en la calle 12 de octubre N°234 de Avellaneda, donde hoy funciona un Espacio Municipal de la Memoria. El lugar era sede de la Unidad Regional II de la Brigada de Investigaciones de Lanús (URIIBIL), que dependía de la Dirección General de Investigaciones bonaerense dirigida por Etchecolatz. En la cùpula de este aparato represivo estaba el general de División Guillermo Suárez Mason, que estaba al frente del Primer Cuerpo del Ejército. Por tratarse de una brigada de investigaciones, muchos de los efectivos vestían de civil y se combinaban con personal militar para producir los secuestros.

Nilda Eloy, principal denunciante

La causa se inicia con el testimonio de la compañera Nilda Eloy de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos, denunciando haber sobrevivido a  la privación ilegal de la libertad, torturas y delitos sexuales.

En su declaración en el primer juicio contra Miguel Osvaldo Etchecolatz, refirió que luego de su paso por el CCD La Cacha, el Pozo de Quilmes, el CCD Arana,  la trasladan al Infierno. “Cuando éramos trasladados, nos decían que miráramos el camino, porque del lugar a donde íbamos no se salía más. Que íbamos al infierno y que de ahí no se sale”.

Nilda describió que el calabozo en el que fueron alojados los prisioneros trasladados era tan pequeño “que nos turnábamos para sentarnos”. Explicó que las condiciones de detención en esa dependencia -también bajo la órbita de la Dirección que manejaba Etchecolatz- “eran sumamente rígidas”. “Cada cuatro o cinco días nos pasaban una manguera por la mirilla de la puerta y había que abrir la boca para tomar agua, y cada 12 o 15 días nos daban algo sólido”. “Allí se nos encapuchaba, nos ataban las manos y los pies. Las condiciones eran muy duras. Recibimos agua cada cuatro o cinco días, pasaban una manguera por la mirilla, y nada más. Y la comida, en los dos meses que estuve, recibimos dos o tres veces algún plato”señaló. Cuando salió de ese centro clandestino en el cual estuvo secuestrada dos meses, pesaba 29 kilos.

Desde ese lugar, explicó la testigo, se hacían -como en tantos otros campos de concentración- falsos traslados en los que se sacaba del lugar a un grupo de prisioneros, se los bañaba y vestía, y se los asesinaba, haciéndolos aparecer como “muertos en enfrentamientos”.

Nilda luchó durante años para que esta causa sea llevada a juicio, pero falleció antes de ver concretado el debate.

En diciembre de 2012, en el marco del Juicio por la Verdad la Cámara Federal de La Plata tomó declaración testimonial al suboficial mayor de la policía bonaerense, Miguel Ángel Ferreyro, quien fue reconocido por Nilda por la voz como el cabo de guardia del CCD “El Infierno”.

Hasta ese momento la justicia citaba a militares y policías como testigos o recurría a una figura intermedia –la declaración informativa– cuando se sospechaba que los que eran convocados podían haber participado de secuestros, desapariciones o torturas. En este caso los jueces Julio Reboredo y Ramón Durán decidieron considerar que Ferreyro debía ser indagado por el delito que denunciaba la sobreviviente. “Su voz me perturbaba pero hubo alguna palabra que dijo, una expresión que hizo que no me quedaran dudas y cuando los jueces le preguntaron el grado, yo lo dije antes de que él contestara: cabo de guardia, no tenía dudas”, dijo Nilda en aquella oportunidad. Ella no estará para ver a Ferreyro juzgado, pero allí nos haremos presentes para continuar  su lucha.

-Por juicios orales y públicos, cuidando la salud de los trabajadores de la justicia  y de los testigos-sobrevivientes.

-Juicio y castigo a todos los genocidas y sus cómplices.

-Cárcel común, perpetua y efectiva a todos los genocidas.

-No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.

-Fue genocidio. Son 30.400.