Frente al Congreso se reunie­ron, el martes 9, 3.000 com­pañeros de diversas organi­zaciones, citados por “Autoconvocados contra la criminalización de la protesta social” para apoyar el proyecto presentado por los dipu­tados Basteiro (PS, CTA) y Walsh (IU) de “extinción de la pena y la acción penar. Ese día debía cele­brarse una sesión extraordinaria para tratar el proyecto que plantea el desprocesamiento de los casi 5.000 luchadores populares contra los que se han iniciado causas ju­diciales.

La CTA, central sindical impul­sora del proyecto, llevó menos de cien compañeros. Es decir, disimu­ló su ausencia. Las razones de es­ta ausencia fueron expuestas por el propio diputado Basteiro cuando dice que “hay que reconocer” la progresividad del gobierno en el terre­no de “la política de los derechos humanos, la renovación de la Cor­te, una intención de solucionar de­terminados conflictos sociales y po­líticos” (informe de medios, PS).

¿Cómo luchar por la libertad de los presos sin enfrentar al gobier­no que los puso presos?

Sin embargo, para el MST “la CTA, que no venía reclamando por la libertad de los presos, también se ha sumado”.

La sesión fracasó. De los 40 di­putados que anunciaron que baja­rían al recinto a apoyar el proyec­to, sólo lo hicieron 25 (sobre los 130 que se necesitaban para dar quórum…).

En las reuniones previas, el PO criticó la negativa a desarrollar un plan de lucha nacional por la liber­tad de los presos y señaló que la convocatoria era “el envoltorio de una maniobra de propaganda elec­toral” (PO° 875).