Córdoba: asesor de Luis Juez defiende a una Policía en crisis

Se trata de Eugenio Burzaco, exsecretario de Seguridad de la Nación.

Eugenio Burzaco asesor de Luis Juez defiende a una Policía descompuesta.

El exsecretario de Seguridad de la Nación, en el ministerio de Bullrich, y actual asesor de “seguridad” del senador Luis Juez, pasó por Córdoba para anunciar que tiene un “plan provincial” para hacer frente a la inseguridad, uno de los temas de campaña electoral con vistas a las elecciones del 2023. La propuesta tiene como base una defensa de la policía provincial.

En declaraciones al programa Voz y Voto, Burzaco afirmó que “dentro del PRO, tengo la responsabilidad del armado de un plan nacional de seguridad, a través de la Fundación Pensar. Y Luis (Juez) me pidió que lo acompañe, que trabaje con sus equipos técnicos con un plan para Córdoba”.

Particularmente en relación a la Policía de Córdoba declaró que hay que cuidarla, y en ese sentido dijo que “nosotros tenemos una política de que hay que cuidar a quien nos cuida. Eso significa pagarles bien, equiparlos como corresponde, que tengan acceso al crédito… Porque si uno no cuida al personal policial, tampoco puede exigirles, tampoco puede tener una fuerza que sea proactiva, que salga a buscar el delito en vez de correr detrás de los problemas”.

Estas declaraciones se dan en momentos en que la Policía de Córdoba en tres meses tuvo cuatro cambios de cúpulas y 720 causas graves. Al dato le siguieron más policías involucrados en delitos que marcan un grado de descomposición de la institución.

Los casos de gatillo fácil ocurridos en la provincia de Córdoba, como los de Blas Correa, Joaquín Paredes, a manos de policías muestra que en los crímenes de civiles hay una cadena de encubrimiento. En el caso del brutal crimen de Jonatan Romo, el encubrimiento en busca de impunidad contó con la colaboración de una fiscal, Paula Kelm, también severamente cuestionada por su actuación en la causa del femicidio de Cecilia Basaldua.

Así las cosas, hablar de inseguridad en Córdoba, eludiendo el problema de una descomposición en la Policía, no solamente es no tener una salida de fondo al problema de la inseguridad, sino darse una orientación de connivencia con una institución que está entrelazada con usinas delictivas, como la trata, el robo de autos, el narcotráfico.

Según La Voz, Burzaco mencionó “la necesidad de incorporar investigación criminal, prevención, cámaras y tecnología, además de capacitar a las fuerzas policiales”. Nada nuevo. Lo señalado es destinar más presupuesto, sin que por ello el problema tenga solución. En efecto, es lo que ya viene haciendo la gestión de Juan Schiaretti; cada vez hay más fondos para policías, y menos inversión en educación. Sin embargo, la cuestión de la inseguridad no tiene solución.

No es menor que Burzaco declare que hay que cuidar a la Policía en momentos en que el juicio por el gatillo fácil de Blas Correa expuso una cadena de responsabilidades al descubierto, y un encubrimiento que salpica al exministro de Seguridad de la Provincia, Alfonso Mosquera. Más allá de que el mencionado plan no se conoció de conjunto, vale adelantar que cae en recetas de una política de seguridad que ya fracasó. Porque sin tomar medidas de fondo frente a una descomposición policial, no hay salida al problema de la inseguridad (¿Quién nos cuida de la Policía?).

Cabe tener en cuenta que Burzaco participó de operativos represivos llevados adelante por Gendarmería, bajo el gobierno de Mauricio Macri. Con estos antecedentes defiende a la Policía porque pretende volver a usar el aparato represivo para, llegado el caso, volver a usarla contra la movilización popular. Finalmente todo refuerzo de una institución descompuesta persigue el objetivo de una regimentación social contra la clase obrera.

Además, Burzaco fue parte de gobiernos represores, como el de la alianza, integrando la Side, y también integró el gobierno de Jorge Sobisch, responsable político del asesinato del docente Carlos Fuentealba. Además, fue parte de un gobierno responsable de la desaparición, seguida de muerte de Santiago Maldonado, que lleva 5 años de impunidad. El mencionado exfuncionario también fue responsable del proceso de creación de la Policía Metropolitana en la Ciudad de Buenos Aires, con elementos tales como el “Fino Palacios”, acusado de encubrir el crimen de la Amia; y denunciado por realizar escuchas ilegales por el fiscal Nisman, entre otros entrelazamientos con el crimen organizado.

En lugar de plantea “cuidar a la Policía”, hay que desmantelarla, y poner en su lugar una fuerza de seguridad ciudadana de nuevo tipo, no represiva, que tenga como fin específico el cuidado de los bienes de la población. También es necesario la elección de jueces y fiscales por el voto. Esto como parte de un programa de transformación social que ponga el acento en las necesidades populares, y no en defender los intereses de los capitalistas.