Córdoba: caso David Moreno, quedó firme la sentencia al policía asesino

Luego de 20 años de lucha contra la impunidad, la Corte Suprema de Justicia rechazó un recurso presentado por la defensa del policía.

Corría el 2001 y el estallido social que golpeada a la Argentina tenía sus réplicas en la docta. Fue aquí donde efectivos de las fuerzas represivas del Estado, con la supuesta escusa de evitar un saqueo, abrieron fuego contra un grupo de vecinos que se concentraban en calle Piedra Labrada al 8.000, en Villa 9 de Julio de la capital cordobesa.

La salvaje represión policial que fue con balas de plomo, incluso terminó con la vida de David, un niño de 13 años que se había acercado por curiosidad. Comenzarían, entonces, 20 años de lucha de la familia de Moreno para que los responsables vayan presos.

El principal acusado: el policía Hugo Cánovas Badra, quien fue detenido y liberado en dos ocasiones y recién en el 2017, cuando comenzó el juicio por el asesinato del menor, fue condenado a 12 años y 8 meses de prisión por homicidio simple. Al cierre del año 2021, la Corte Suprema de Justicia dejó firme la sentencia.

Rosa, la madre de David, comentó a Prensa Obrera que le sorprendió las novedades del caso y relató lo que tuvieron que vivir en estos 20 años. “Cuando el policía fue detenido, recibimos amenazas permanentemente por vía telefónica, que nos iban a matar a los otros hijos, que nos iban hacer boleta”. Además, contó que el hostigamiento no solo fue verbal, sino que a uno de sus hijos alguna vez lo paró la policía y entre tres móviles le colocaron 5 cartuchos en el bolsillo, en referencia a la familia.

Lo que relató la valiente Rosa, retrata de cuerpo entero a una institución policial con los peores métodos mafiosos y de encubrimiento. En este sentido, vale señalar el accionar del entonces jefe de la policía Jorge “Pato” Rodríguez (luego fue jefe de Seguridad del Banco de Córdoba, hasta marzo de 2021) quien en los días posteriores al gatillo fácil contra David, se llamó al silencio y así pretendió lavarse las manos de su total responsabilidad junto a la de las fuerzas represivas.

Lo cierto, como dice la madre del niño, fue que estos 20 años se transformaron en una intensa lucha contra quienes querían dejar el crimen de su hijo impune. David forma parte de los miles que el Estado y sus fuerzas represivas nos quitan; por eso, su rostro y el todos les pibes asesinados por la policía son una bandera de lucha que no tiene que abandonar las calles, para que caigan todos los responsables y para hacer efectiva la consigna: gatillo fácil, nunca más.