El Tribunal Oral N°1 de La Plata, integrado por los jueces Castelli, Vega y Esmoris, condenaron a prisión perpetua al genocida integrante de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) Carlos Ernesto " el Indio" Castillo a prisión perpetua y absolvieron a Juan José " Pipi" Pomares, también integrante de la CNU, por el beneficio de la duda. En las próximas semanas, el tribunal dará a conocer el fundamento de su veredicto.

Castillo y Pomares  fueron juzgados por su responsabilidad en los secuestros, torturas, homicidios y robos en siete casos. Castillo estaba acusado del secuestro y homicidio de los trabajadores del Hipódromo y gremialistas Carlos Antonio Domínguez y del secuestro y torturas de Roberto Fiandor, ambos por un hecho ocurrido el 12 de febrero de 1976. Además, se lo imputó por el secuestro y homicidio del trabajador y militante Leonardo Miceli, ocurrido el 20 de abril de 1976. A ambos represores se lo acusó por los homicidios doblemente calificados de los militantes Néstor Dinotto y Graciela Martini, los secuestros y torturas sufridos por éstos y por Daniel Pastorino y Adelaida Barón, todos ocurridos el 4 de abril de 1976. El tribunal reconoció que los delitos cometidos por esta banda paraestatal, que operó bajo el tercer gobierno peronista, son delitos de lesa humanidad.

Pomares se vio beneficiado porque el tribunal hizo lugar al planteo de nulidad de los reconocimientos fotográficos, formulados por la defensa de los represores. Una de las víctimas lo reconoció como parte de la patota a través de fotografías. La defensa hizo un planteo de forma y los jueces le dieron la razón. De este modo, quedará impune, una vez más, como lo estuvo durante estos más de 40 años.

Apelaremos este fallo de impunidad y seguiremos en las calles por cárcel común perpetua y efectiva para todos los genocidas por todos los compañeros.