Dos presos de la tablada internados en grave estado de salud

Que se cumpla con el reclamo de los presos

La farsa suele ser com­pañera de la tragedia. Far­sa, la del Gobierno de De la Rúa que después de 50 días de huelga de hambre de los presos de La Tablada se vie­ne a acordar de que ‘el go­bierno está hondamente preocupado sobre el tema’. Los familiares de los presos tuvieron que hacer huelga de hambre porque ningún funcionario del gobierno quería atenderlos. La Comi­sión Interamericana de De­rechos Humanos de la OEA ha reclamado que se cumpla con los derechos estableci­dos en el Pacto de San José de Costa Rica, incorporados a la Constitución en la refor­ma de 1994. En la Conven­ción Americana de Derechos Humanos se señala el dere­cho a apelar en una segunda instancia judicial superior. Recordemos que los compa­ñeros de La Tablada fueron condenados, en un fraudu­lento juicio, a cadena perpe­tua, negándoseles la posibi­lidad de apelación en el mar­co de la Ley de Defensa de la Democracia, que en un elo­cuente lapsus de clase el diario La Nación confunde en un artículo de la semana pasada como ley de “Defensa de la Competencia”.


El reclamo de los presos es tan elemental como que se cumpla con la Constitu­ción. El proyecto que envió la Presidencia al Congreso plantea claramente que al dárseles la posibilidad de apelar de ninguna manera van a poder ser liberados a partir de la aplicación del “dos por uno”.


Pero ni los mismos legis­ladores aliancistas están de acuerdo en aprobarlo, en nombre de la opinión públi­ca o, mejor dicho, ‘la opinión que publica’ (La Nación, Clarín y compañía).


Claudio Rodríguez y Mi­guel Aguirre fueron interna­dos de urgencia en el Hospi­tal Fernández ante el estado crítico de su salud. Hace días que están sufriendo da­ños físicos irreversibles y hoy están acariciando la muerte.


Es necesario redoblar la movilización popular para evitar la tragedia, para con­seguir la libertad de todos los compañeros que son pre­sos políticos de este régimen de entrega y corrupción. Que no se imponga la mise­ria de los ‘demócratas’ del PJ y la Alianza; impongamos en las calles la libertad de los compañeros.